miércoles, abril 30, 2008

IMAGINAOS QUE ESTA TIZA ES UN DIENTE

Gachas en estos últimos posts está pasando un poco de cronicar sobre América. Enseguida volverá a hacerlo, pero antes, un tema de interés, si no general, al menos gachesco: la insoportable fragilidad de los dientes.
A Gachas le pasa día sí día no que se da golpes con las tazas en los dientes, justo en el momento de ir a beber, o que muerde tenedores con la misma furía con la que mordería un chuletón Villagodio. A ver, no imaginen a la pobre Gachas sonriendo toda mellada, que no es para tanto, pero sí con microrroturas apenas perceptibles en algunas "piezas", como diría un dentista, debido a estos accidentes.

Y es que los dientes, por si no lo sabían, son huesos ahí puestos, a la buena de Dios, sin protección ninguna de músculos o piel, cómo no se van a romper en cualquier momento. Si todos llevásemos los fémures y las tibias al aire, ya verían cómo los tendríamos hechos un asquete, astillados, con parches pegados... fatal.

Como Gachas tiene un talante abierto y propenso al diálogo y al intercambio cultural les quiere preguntar por medio de este post si ustedes padecen también, física y mentalmente, esa fragilidad dental de la que hablo más arriba y que sólo parece solucionable si nos decidimos de una vez por todas a llevar protectores bucales como los de los boxeadores.

Y luego está todo el tema de los sueños con dientes, que parece que indican cosas sexuales (¿qué sueño no las indica?) y que a Gachas le han dado más de un quebradero nocturno de cabeza (ej: un sueño en el que los dientes de arriba se pegaban a los de abajo como si estuviesen hechos de chicle).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Miss Gachas: después del palo que le metió la sanidad yanqui para decirle que está usted como una rosa, no me extraña que se emparanoie usted con el tema dientes. Es para pasarse el resto de su estancia comiendo sólo purés de verduras con pajita y aún así, que se apuesta a que se le cae un empaste o empieza a darle dentera una funda.

Segso no sé, no sé: los diccionarios de sueños dicen siempre que soñar con dientes tiene que ver con sentimientos de debilidad, vulnerabilidad, decaimiento de la salud. Yo, cada vez que tengo que visitar el dentista, me entra una tiritona fría en la billetera que no es broma. Los dentistas yanquis, no me los quiero ni imaginar. En mi expereincia, el yanqui se divide dentalmente en dos tipos: dentadura de ninho da rúa de Calcuta, o fundas prostéticas tipo Hollywood. No hay término medio.

Ms T.

Anónimo dijo...

Como que en casa del herrero, cuchillo de palo, servidora tiene unos piños fatalones. Y es que yo al dentista lo tenía en casa, oiga, y aún así, desde mi más tierna infancia, la piñata la he tenido hecha unos zorros. Por más esfuerzos que le dedicara mi santo padre a mi dentatura, ésta se negaba a convertirse en un hermoso teclado de piano, sano y reforzado. Ahora mi dentista personal ya es un encantador jubilauta, y no cuida más piños que los que le quedan a él mismo, y yo me he tenido que buscar otro ejpecialista para apañar los desaguisados de mi piñonera. Una pena, oiga.