miércoles, julio 26, 2006

G de Gachas

Gachas tuvo que dar telefónicamente un localizador de vuelo ayer y, como la señorita telefonista que la atendió no entendía bien la dicción de Gachas, le instó a emplear el tradicional recurso P de Pamplona, B de Barcelona etc. Gachas dijo "Pe" y la señorita entendió "De". Gachas insistió: Pe, y la señorita preguntó entonces: ¿D de Dinamarca?, y ahí tuvo que emplear Gachas sus recursos geográficos y asociar letras con países o provincias de Ejpaña cuya inicial correspondiera a esa letra.

Cuando ha de hacer eso, Gachas sale más o menos del paso diciendo los típicos: Z de Zaragoza, I de Italia, N de Navarra etc, pero la pregunta surge ante un hipotético caso en el que Gachas se encontrara en Latinoamérica y tuviese que dar nombres de estados o regiones de allí, porque Albacete, Huesca o Teruel no sirvieran como referentes. Así, si su localizador mexicano fuese 7G3TCJ, por ejemplo, Gachas intentaría decir (pero le costaría) "siete, G de Guanajuato, tres, T de Tijuana, C y J de Ciudad Juárez", por ejemplo. ¿Pero y si Gachas se encontrara en Panamá? Sólo sabría decir P de Panamá y C de Canal. Lo mismo con Honduras: H de Honduras, T de Tegucigalpa y pare usté de contar.

viernes, julio 21, 2006

Gachas pide por su ciberboquita

Este post es una mera petición: no descarto que pueda desembocar en un simpático foro sobre telebasura, pero a día de hoy es un SOS que lanza Gachas desde aquí.
Sin querer dárselas de "yo no veo nada la tele", Gachas (que no ve nada la tele) les pide a ustedes meras frases de esas que tooooda la nación repite tras haberlas visto en algún programa basuril. Gachas conoce algunas de ellas, pero la más moderna data de otoño de 2005 ("¿qué pasa, neng?") y necesita algo más actualizado. Otras que conoce son viejísimas: "cuñaaao", "fistro", "Te das cuen" y así (todas del mundo chiquitistaní y de Crónicas Marcianas, como se puede deducir).

Venga, anímense con unas frasecitas. No se avergüencen: la telebasura es cultura popular. Mucha gente hace hoy su tesis sobre ella.

Y, ejem: ¿podría ser de aquí a mañana? Mil gracias a todos.

jueves, julio 20, 2006

Antioxidarse

Gachas siempre es víctima, por h o por b, de nuevos productos aparentemente muy sanos. Esta vez le ha tocado probar los dos nuevos tés verdes aromatizados (con manzana y con granada respectivamente) de Nestea. Los susodichos vienen en un pack promocional junto a dos botes de un nuevo Aquarius color barbacoa, así en tonos marrones, que no tiene pinta de refrescar nada de nada (no se diseña una lata de algo refrescante en tonos churrasco, en opinión de Gachas).

El té verde (llamado V&T) sí lo ha probado Gachas. No se ha llegado a acabar ninguna de las dos latas pero probarlo, lo ha probado (y recomienda que, en caso de verse obligado/a a elegir uno de los dos, mejor el de granada). Además de probarlo, ha hecho el test titulado "¿Qué edad tienes de verdad?", que venía junto a los refrejcos. Consistía en 8 preguntas sobre tu alimentación, tu nivel de estrés, si fumas, si bebes, si te cuidas del sol etc. Al final, los puntos que obtuvieras se los sumabas o restabas a tu edad cronológica (porque hay puntuación negativa si te portas bien y dices que no fumas ni bebes etc.), y el resultado es tu verdadera edad biológica, mira tú.

Gachas no tiene pudor en confesar que su edad del DNI es de 35 años, y tampoco lo tiene al decir que, mediante una pequeña trampa llevada a cabo en el test, su edad biológica es inferior a su edad cronológica: 33 años. Todas las respuestas de Gachas eran negativas, salvo una del estrés que le sumaba un punto, y una mal formulada sobre el sol, que también le sumaba uno (Gachas no pisa la playa ni a tiros, pero la gama de respuestas que había le obligaba a contestar "sólo me pongo protección solar cuando voy a la playa". Es que delante del ordenador, Gachas ve tonto ponerse factor 30, la verdad). Bueno, a lo que vamos: la pregunta polémica era la del ejercicio. Si respondías que,ejem, no tenías tiempo de hacer deporte te sumaban tres puntazos. El resto de respuestas posibles eran todas de las que restaban. Si Gachas se sumaba los tres puntazos ("No tengo tiempo de hacer nada de ejercicio"), su edad biológica subía a 37 años. Si respondía la mentira piadosa "Al menos trato de caminar 30 minutos al día", todo se recolocaba y Gachas se plantaba biológicamente en 33 añitos.
Y es que no es del todo mentira: Gachas a veces trata de caminar 30 minutos al día. No suele conseguirlo pero tratar, trata.

En cualquier caso, Gachas y todos los que hayan leido el folletito-test sabrán ahora pronunciar la nueva bebida V&T, ya que en el propio folleto te dicen "¿Cómo se pronuncia V&T? Uve y te. Una palabra actual, moderna, elegante, sencilla y ...fascinante". Sin comentarios gachescos.

viernes, julio 14, 2006

Hoteles sin encanto

Gachas ha hecho un práctico descubrimiento en internet: la página llamada www.tripadvisor.com . En ella, viajeros del mundo mundial (especialmente del yanqui mundo mundial) te dan su opinión sobre montones de hoteles internacionales. Ya, pueden pensar que está trucado, que son los dueños de los propios hoteles cibertravestidos de "Rachel K. L. , Milwaukee" opinando maravillas de sus establecimientos. Gachas cree que no: las opiniones que figuran en la página son variadas, argumentadas y muchas de ellas bastante cal y arenosas ("el ascensor no funcionaba pero el personal de recepción era muy servicial" y eso).

Gachas, trasteando un poco en la página, se ha puesto a buscar hoteles madrileños, a ver qué se opinaba en USA del gremio hotelero castizo. En concreto ha buscado el que está cerca de su casa, un tresestrellas nada conocido (Gachas no dirá cuál es para preservar su intimidad). Ahí Gachas se ha partido le cul de risa al leer los negativísimos comentarios de los oclajomeños o alabamenses de turno. Resulta que al lado del hotel hay, además de una espantosa sala rociera, un concurrido bar de raciones que genera multitudes que se congregan en la puerta, especialmente a la hora del cierre (suelen ser grupos oficineros que se reúnen a celebrar lo que se tercie). Pues bien, un señorito o sta. estadounidense previene al viajero de estos grupos de ejpañoles alegres mediante la frase (atención): Aggressive gypsies congregate nearby.

¡Qué buena manera de nombrar a los vociferantes compatriotas tirando a morenillos cuando se agrupan y no hay manera de que se disgreguen ni a tiros! Gachas se va a ir hoy a dormir encantada con el hallazgo, y también con las ventajas que tiene ser de países así un poco mal vistos. Facilita mucho la vida que, lo que para otros son terribles grupos agresivos de seres humanos potencialmente malignos, para ti no sean sino meros brasas gritones y porculizadores pero que no son capaces de matar ni a una mojca. Gachas, pensado esto, se ve muy capaz de ir por México DF o por Sao Paulo así a su bola, percibiendo a los potenciales agresores como meros lugareños inofensivos. Gracias, Penny Ann de Connecticut o quien seas.

domingo, julio 09, 2006

Viaje al centro del gafapastismo

Hoy Gachas asistió a un espectáculo que incluía música+un poquito de cosa visual. Era un homenaje a Samuel Beckett con música de Morton Feldman y dirección (de la cosa visual) de Archim Freyer. Por si aún no se han percatado, el espectáculo era 100% gafapastista: una hora de música llamémosla mínimal y de visualidad a cargo de cuatro actores de blanco que hacían leves movimientos y que portaban figuras geométricas negras, simples y bidimensionales, a modo de cabezas. Un espectáculo inasible, en palabras (muy precisas) de un asistente al evento.

Gachas y su amigo J. O. han salido contentos del evento: golía a vanguardia clásica, a Mitteleuropa que tiraba patrás. También un poco a Malevich, aunque el montaje en sí fuese del 85.
Gachas ha visto cómo parte del público iba yéndose a medida que avanzaba el espectáculo, pero discretamente, como avergonzados de su no comprender nada. Eso le ha hecho pensar a Gachas que el respetable puede tomar hasta cuatro actitudes posibles ante ese tipo de espectáculos:

1) Salirse a los 10 minutos, no sin antes haber proferido unos cuantos gritos tipo "¡Sinvergüenzas!, ¡payasos!", "¡Esto ni es teatro ni es ná!".
2) Salirse discretamente a los 20 ó 25 minutos.
3) Aguantar hasta el final para intentar aprehender algo, aunque por dentro se piense que vaya truñete.
4) Captar el discurso de la obra. Comprender los distintos lenguajes que conviven en ella y, en definitiva, lo que está en juego en el espectáculo. Ser capaz de relacionar todo lo percibido con otras obras de artistas o pensadores y tener ganas de charlar al respecto a la salida del teatro.

Normalmente Gachas fluctúa entre los estadíos 3 y 4 ante un espectáculo así: se le ocurren comentarios que hacer; cree distinguir cosas que puede relacionar con otras ya vistas o leidas o escuchadas, pero todo a un nivel muy pobrecito y no sin pensar a ratos para sus adentros: uff, se está haciendo un poco larguito esto.

Lo bueno de lo de hoy es que Gachas lograba sentirse en el Estocolmo de los 70: todo tan blanco (la escenografía), tanta precisión, tanta seriedad y ausencia de chusquez y vocinglerío. Y de verdad lo más bueno, buenísimo de lo de hoy es que entre el público se encontraba Javi de Verano Azul (Juanjo Artero). ¡Quién lo diría: del barco de Chank a una instalación teatral de Feldman y Freyer!

jueves, julio 06, 2006

Gachas y la piedra filosofal

Con diez o doce años de retraso, Gachas cayó ayer en la trampa y compró la famosa y new-age piedra desodorante. ¿Han oido hablar de ella? es como un mineral transparente de los que se usaban para clase de geología en 1º de BUP que, al frotarlo por la axila (en lo sucesivo, sobaco) húmeda, parece tener un efecto desodorante sorprendente. Y la piedra en sí dura año y medio (digo yo que usándola a diario, o al menos eso le entendí a la vendedora).

Gachas, para qué engañarnos, piensa que la han timado con la piedra de marras y por el momento sólo la prueba en situaciones poco comprometedoras (ej: cuando está sola en su casa durante horas). La siguiente fase es salir con ella frotada a la calle, a eventos, quedadas etc. , pero con un discreto bote de desodorante en el bolso, vaya a ser que la piedra falle.

Lo que realmente se pregunta Gachas es quién demonios descubrió las propiedades antisudoríparas del mineral. Gachas sólo puede imaginar a un naturalista canadiense, entre nerd y perroflauta, decidiendo untarse la piedra en el sobaco "por si funcionaba". ¿Y por qué probó en concreto con esa piedra y no con un hueso de níspero o un pedazo de corcho? Quizá la piedra sweatfighter sea en realidad la última de una serie de 138 productos que el buen señor (y su mujer Karen de falda vaporosa, la veo venir) restregó previamente por sus axilas hippies.

lunes, julio 03, 2006

Gachas at Cuenca

Fin de semana en Cuenca con amigotes. Turismo del que gusta a la España en democracia: naturaleza, gastronomía y cultura (ergo Gachas forma parte de la España en democracia).

Ayer en dos restaurantes, Gachas y sus cuatro amigos experimentaron en sus carnes la puesta en práctica del tan típico cartel "Reservado el derecho de admisión". Al llevar los varones pantalón corto y todos en general Ti-sherts sobreutilizados y ajados, tras un largo día de naturaleza conquense, los metres o recepcionistas de 2 lugares de esos que recomienda la gente ("si vas a Cuenca, no dejes de comer en..."), tras mirar a Gachas & friends hacían ver que uff, no había nada de sitio, para cinco qué complicado iba a ser. Todo por causa del hábito, que, amiguitos, vaya si hace al monje.
El segundo de ellos se llamaba el Figón de X (Fulano, Mengano, San Esteban, San Fernando, no sé) y estaba enclavado (atención) en la antigua casa de José Luis Perales, que lo ponía a la entrada con orgullo bizarro. Ahí Gachas pilló al tipo bien pillado: él se encargaba de recibir a los clientes en la entrada y de disuadir a los que fuese menester disuadir (léase Gachas & co.), de ahí que nos dijera que uy, estaba la cosa complicada, todo lleno etc. Gachas, ingenua ella, quiso ver el restorán por dentro, por si al día siguiente les apetecía volver (sin pensar mal del buen señor en ese momento). El señor reaccionó como si Gachas le hubiese pedido ver la caja fuerte o su ropa interior (err, verá usté, humm, emm, ejem), pero al final Gachas se empeñó y se empeñó y el tipo le dejó ver de mala gana uno de los semivacíos salones del amplísimo local. Ahaháaa: conque lleno-llenísimo hasta la bandera, mentiroso, malvado, déte Dios mal galardón.
Ahí Gachas y sus amigos se pusieron muy dignos y le dijeron al tipo que ni regalado querían su morteruelo, ni su ajo arriero ni sus zarajos. Ya ven ustedes lo que pasa por no cumplir el dress-code conquense.