viernes, diciembre 28, 2007

Novedades en reprografía

Gachas ha ido hoy a una tienda de fotocopias I+D donde hacían revelado digital, imprimían sobre camisetas y lonas y diseñaban tarjetas de visita un poco toscamente. Mientras esperaba su turno ha podido ver la nueva gama de productos que ofrecen esas tiendas: aparte de las ya manidas fotos de personas warholeadas, de cuatro en cuatro o de seis en seis y con colores chillones, también había otra innovación con nombre de artista: la lichtensteinización del careto de la peña. Consistía en que la misma niña que servía como modelo para las fotos warholizadas aparecía en esta ocasión retratada en grande, con la cara blanca llena de puntos rojos rollo varicela, la melena color amarillo pollo y un fondo azul celeste. Supongo que para las/los morenos, el pelo va en color negro zaíno, pero de lo que no te libra nadie es de los puntacos rojos en la cara que emulan el aerógrafo.

Otra cosa curiosa y muy de actualidad era uno de los mensajes divertidos de las camisetas: el majestuoso "¿Por qué no te callas?", impreso con el NO muy grandote y coronado por una idem igualita que la del logo de correos.
Y como ya me tocó el turno de las fotocopias, no pude ver más innovaciones en el seztor de la reprografía, pero estas no son moco de pavo, ¿a que no?
Gachas y el caldo Aneto

Por si no lo saben, la marca Aneto, que no la conocía ni Dios hasta hace bien poco, ha sacado una gama de caldos en tetra brick: caldos de pollo, de jamón (creo), de verduras y de pollo bajo en sal (y probablemente de pescado, pega). Gachas lleva echándole el ojo al caldo Aneto desde el nacimiento de este último porque le mola mazo su packaging, ese contraste entre el tetrabrickismo frío y contemporáneo y su estampado de mantel de cuadros (cada tipo de caldo lo lleva de un color) que contribuye a fomentar la idea de que el caldo es, de verdad, casero.
Si Gachas no había comprado antes el caldo Aneto es precisamente porque NO es en absoluto casero: lo hacen, como tantos otros alimentos, en una fábrica con chimeneas metálicas, probablemente en una olla de acero del tamaño de la Maestranza de, arsa, Sevilla y, más probablemente aún, trabajadores recios de la empresa entrarán DENTRO del piscinón de caldo Aneto con botas de goma para sacar no sé qué cosa que se les haya caido dentro, controlar el manómetro de la temperatura y cosas igualmente terroríficas. Es que, como a ustedes les pasará también, Gachas se sabe de memoria las truculentas historias que circulan respecto a la comida envasada contemporánea: que si el jamonyor es en realidad fécula de patata fermentada hecha una pasta, que si el pollo de hoy es un engendro sin cabeza y por eso el Kentucky Fried Chicken ahora se llama casi como el aeropuerto de Nueva York, sólo con las iniciales (KFC), y demás perlas de terror gastroenterítico.

Bueno, pues finalmente Gachas ha sucumbido al anetismo y ha comprado su primer caldo de pollo Aneto, con los cuadros del mantel color amarillo y blanco y la tipografía estilo “Agenda del ama de casa 1972” en marrón cáscara de huevo (de huevo marrón, se entiende). Aparentemente el caldo sólo lleva agua, pollo de corral (es decir, con cabeza, tronco y extremidades), cebolla, zanahoria, col, puerros, apio y sal. Gachas, obviamente, no se lo cree, aunque en el tetra figuren 4 fotos con pollos pelados, verduras y enormes cacerolotes aparentemente muy higiénicos.

No obstante, ha sido abrirlo hace 3 horas para comenzar su cena con él y ya se ha debido de beber como medio litro. No ve Gachas el momento de probar el Aneto de verduras, el de carne o jamón, el de pejcao… (ese último probablemente no). Sabía que esto iba a ocurrir, que todo eran barreras para no caer en el vicio del caldismo envasado.
(http://www.caldoaneto.com/ )

lunes, diciembre 17, 2007

Gachas se acerca a la exCCCP

Y obviamente, una se acerca a lugares ignotos por una de estas dos vías: 1) el amorrl o 2) el papeo. En concreto esta vez Gachas se ha acercado al mundo de las repúblicas bálticas y otros países de la exURSS por la segunda de las vías.
Resulta que ayer domingo -funesto día tristuno donde los haya, el domingo- paseaba Gachas por las inmediaciones de la Plaza Santo Domingo, Ópera y tal con amiguitos y, chan, de repente vieron un supermercadín con productos rusos, que claramente desde el rótulo acrílico lo anunciaba: se llamaba "SUPERMERCADO CCCP-USSR" o similar. Como Gachas y sus amigos conservan aún el niño que todos tenemos dentro, se asomaron al cristal con la nariz bien pegada y la boca entreabierta, pero con eso no fue suficiente y tuvieron que pasar a ver qué se cocía allí dentro.
El lugar era humildón, mal alumbrao sobre todo, y tenía, además de comida, vídeos y libros del gusto de los ciudadanos esteparios: se notaba mucho espionaje y mucho glamour filthy, del de terciopelote rojo y oros.
Bueno, a lo que voy: seguimos hurgando por allí entre los produztos y, lo que suele pasar: algunos atraían (tés de la rusia zarista, crema agria), otros asustaban (unas gachas para desayunar con muy feo aspecto) y otros, nunca se sabe.
Gachas se habría comprado una especie de raviolis congelados con queso blanco dentro o con carne (Davidik seguro que sabe lo que son: participa, Davidik), pero como no iba a casa enseguida, no quería romper la cadena del frío y deteriorar el producto surgelé.
Lo que compró al final fueron grandes rodajas de pepinillos agridulces cortados como haciendo onditas, que eso es muy del norte de cualquier sitio y va muy bien con la carne, con el pejcao y con todo. Y también un pan (bueno, medio, lo compartió con JC y S.) lituano negro, negro y de esos sabores entre dulces, amargos y ácidos que tienen los panes sanotes de países nórdicos, como si llevaran una mezcla incomprensible de canela y Bovril . Obviamente, hay que olvidarse de poner lomo o jamón ahí encima, porque el sabor de la chacina se lo lleva por delante el del pan de marras.
Y ya después de marear al señor vendedor preguntándole Y esto qué es lo qués todo el tiempo, Gachas vio una especie de turronaco recio color grisáceo que se vendía al corte (4 euros valía una cantidad no especificada): el vendedor le dio a probar lo que definió como turrón de semillas de girasol y ahí Gachas de repente volvió a visualizar, como en el túnel del tiempo, a Lech Walesa, a su esposa Danuta, a todos los miembros de Solidarnosc, a Leonidas Breznev, al equipo olímpico de la RDA desfilando muy serios y a todo el pueblo de Bienvenido Mr. Marshall cantando "Americanos, os recibimos con alegría". Ay, qué sabor precomunitario, qué intento de calentar y dar energía al cuerpo con la pobrecica semilla del girasol, qué tiempos de escorbuto, tiña y sabañones. A modo de magdalena de Proust, el turronaco ese le trajo a la memoria a Gachas momentos y lugares donde no había wraps de pollo con guacamole ni asomo de sandwiches de pollo tikka de tres pisos, que era este mismo país casi anteayer, por cierto.
¡Viva la almendra por siempre!

lunes, noviembre 26, 2007

Gachas vuelve de puntillas,

...sin decírselo a nadie de la blogosfera. Y sin colgar fotos, ni youtubes ni la madre que los parió. En cualquier caso, como ahora tiene blog hasta Paquita la del Barrio, no iban a tener tiempo de leer éste, entre actualizaciones del suyo propio, del maiespeis, del flickr (que no acabo de saber lo que es) etc. Pues aquí tranquilitos que estamos, en pantuflas, jugando al dominó y golpeando fuerte con las fichas en la mesa los dos leztores de Gachas que deben de quedar y, obviamente, la propia Gachas. Me dan ganas de servirles un anís muy aguado ("palomita", se llama, o Ricard en gabacho) a los que decidan quedarse, y unos bizcochos de esos secos para mojar.

A lo que voy, que cuando se vuelve hay que volver por algo, con una noticia de actualidad o similar: Emma Clarke es el personaje que nos ocupa. La buena Emma locutaba en el metro londinense hasta hace 5 horas, que la han despedido por malusar su voz en parodias haciendo como de locutora del metro. Es decir: va una, tiene una voz equis que lleva a cuestas durante toda su vida, la contratan por esa razón pero en ningún caso puede usarla para hacer gromas y chistes con el mismo soniquete laboral por el que fue contratada, ¿sí?

En su web (donde tiene mp3 colgados para publicitar su voz y que la contraten y tal) están los clips-parodia que le han valido el despido. Además del consabido mind the gap, en ellos decía cosas tipo "Seguramente algún turista americano está hablando demasiado alto en este vagón" o similar. Pero uff, Gachas detesta ser la típica cronista informativa sobre la actualidad. Búsquenlo ustedes en google, coñe. Aquí se habla de otras cosas más entretenidas, o al menos antaño era así. Sniff, he perdido el ritmo gachesco.

lunes, agosto 06, 2007

El fiasco no descansa

Gachas está pegadita al Toshiba. En uno de los apretones al botón "revisar correo" ha recibido un spam muy gracioso de la falsa agencia tributaria en la que aparentemente le devuelven dinerín si, imagino, proporciona todos sus datos bancarios o similar. La pregunta principal que se hace es por qué demoños redactan tan mal los timadores españoles. ¿Se reúnen en un semisótano rollo "Atraco a las tres" para urdir el plan y redaztan juntos el mail de pega o lo genera una máquina traductora que no sabe hacer la O con un canuto? Más bien se decanta Gachas por la segunda opción, tras leer palabras como "someta", "forma" o "aplicar", que parecen ser primas demasiado hermanas de "submit" "form" (por application form) o "apply". En la parte de abajo del truchomail, para añadirle realismo, meten la foto de un bebé y el reclamo de los 2500 euros por niño, con un link a la verdadera agencia tributaria (esa parte no la he pegado aquí abajo):

RESOLUCIÓN de 04 08 2007, de la Dirección General de la Agencia Estatal de Administración Tributaria, por la que se aprueban las directrices generales del Plan General de Control Tributario 2006.(B.O.E. 03-02-2006)
Por favor Nota: Después de los cálculos anuales pasados de su actividad fiscal nos hemos determinado que usted es elegible recibir una devolución fiscal desde 290€
Someta por favor la petición de la devolución fiscal y en un plazo de 6-9 días se la vamos a procesar.
Un reembolso se puede retrasar para una variedad de razones. Por ejemplo sometiendo expedientes invalidos o aplicándose después del plazo.
Para tener acceso a la forma para su devolución fiscal,
Pulse aquí
El Plan General de Control es el instrumento básico de planificación de la Agencia Tributaria en el que se realiza la previsión cuantitativa y cualitativa de las actuaciones que en el ámbito de control tributario y aduanero se van a realizar durante el año. Con este Plan se da cumplimiento a la obligación que establece la Ley General Tributaria en su artículo 116 de elaborar anualmente un plan de control tributario.
Madrid, 05 08 2007.–El Director General, Luis Pedroche y Rojo.

jueves, julio 26, 2007


Gachas at Trevi


Gachas, que se encuentra en Roma de nuevo pero sólo porque se olvidó un grifo abierto, pasó el otro día casualmente por la archifamosa Fontana di Trevi. Como no tiene mucha imaginación posteadora estos días debido a la calor, finalmente lo que ha decidido es insertar una bonita foto que homenajea un poco a ese pedazo de sociólogo-fotógrafo que es Martin Parr. Qué penica da el buen señor posando con su manita hacia atrás para tirar la moneda. Lagrimones se le caen a Gachas al verlo (y no es broma).

domingo, julio 15, 2007

Madriz: Top ten de insultos

Un breve postito para señalar que, sin lugar a dudas, el insulto favorito del lumpenproletariat madrileño es "pachaso". Gachas, que gusta mucho de usarlo, hacía siglos que no lo oía sino de su propia boca. Ha sido volver y empezar a oir "pachaso" por doquier: repartidores de bebidas, taxistas encabronaos, autobuseros... todos ellos emplean esa palabra que puede verse medio vacía o medio llena según el uso que se le dé (aunque en realidad, ¿alguien cree todavía que la acepción de payaso como personaje circense amiguito de los niños es algo positivo?).

jueves, julio 05, 2007


Vaticano Leisure Park


Gachas ya está irremediablemente de vuelta en Madrit, pero no quiere dejarse en el tintero de ceros y unos un importante post: el de su recorrido y subida a las SEIS atracciones de la Città del Vaticano.

Gachas fue, como está mandao, a ver la basílica de San Pedro. Se hace una poquita de cola, se cubre una los hombros y entra. Qué les va a contar que no sepan.

Después Gachas fue con sus compis de beca (Gachas tuvo una beca: ¡qué beca!) a ver la Necrópoli vaticana, en la que te enseñaban arqueológicamente las pruebas científicas de que San Pedro está ahí enterrado, les guste o no a los aznósticos. Muy interesante visita y muy buena la señorita guía en castellano.

Van dos atracciones con esta. Hé aquí la tercera: visita a las tumbas papales. Consiste en un subterráneo lleno de tumbas, entre antiguas y modernas, de los sumos pontífices. En la de Karol W, los polacos se eternizan rezando: esto es lo único que recuerdo de la visita, que no era muy allá.


Más cositas: la subida a la cúpula. 7 euros con ascensor y 4 sin. La verdad que da igual, porque en los dos casos hay un tramo de ejaleras que no te lo quita ni el Camarlengo, así es que opten por la de 4 euros (recomendación). Consiste en subir hasta la misma linternita cupular por dentro. Lo que se ve en el camino es mero alicatado color mostaza, pero mola la experiencia de ir torcida en algunos tramos. Puntuación: 8/10.


Después está la arriesgada: intentar colarse en lo que es la Città-Città, nada aperta, por cierto, alegando que uno va a hacer algo necesario allí dentro. Gachas alegó "ricerca nella biblioteca", pero esa excusa ahora no les valdría porque la biblioteca Vati ha cerrado por 3 años. Los codigodavincistas están orejigachos, lo sé, lo sé.

Bueno, en esa ocasión coló y, como digo, Gachas entró en la zona de trasiego vaticana, con su supermercado, su oficina de correos, su farmacia y su canesú (a la biblioteca en sí no pudo entrar porque hace falta carnet especial). ¿Creen que en la farmacia sólo venden parches para los callos y linimento? no, amiguitos: las mejores marcas de coloñas (Hugo Boss, Dior, Gaultier...), cremas autobronceadoras, collarcitos y pulseras de boloncios de colores... En fin, lo que es una farmacia-perfumería contemporánea bien equipada. Estaba llena no sólo de purpurado sino también de italianos con su correspondiente pasaporte (recordemos que el Vaticano es un paisín pequeñín) comprando a mansalva, porque parece que hay ciertas medicinas más baratas y otras tantas que sólo se comercializan allí.


Y por último, el consabido pack Museos Vaticanos+ Capilla Sixtina. En pleno junio húmedo se chupó Gachas la cola de 45 minutos (parece que las ha habido peores), no coló como estudiante (¡cachis!) y se vio ella con un amigo su pinacoteca con iluminación y museografía tardofranquistas.

Después se unió a las masas para hacerse las stanze de Rafaello y la Capilla Sixtina, pero era tal el calor y el agobio borreguil que cuando leía las palabras "To the Sixtine Chapel", en realidad ella las traducía por "To the Exit".

Nada, llegó a la Sixtine y se sintió como en Ellis Island: montones de personas hacinadas; vigilantes chulánganos con el pelo patrás pidiendo silencio con unos micrófonos; quejas de señores españoles a las que se unió ("nos tratan como a animales hasta llegar aquí, nos tienen amontonados y encima quieren que nos callemos"). Y sí, vio el dedo de Dios unirse al del hombre, pero le tuvo que pedir a su acompañante que se lo situase, porque con tanto calor y tanto gentío no se podía concentrar en ese pedazo de joya del arte occidental.

lunes, junio 25, 2007

Vuelta a la seconlaif

Gachas vuelve, eso sí, con el sistema de moderación de comentarios activado. Los quiero mucho a todos los que han seguido pacientemente entrando, y a los que se han cansado y apestado al ver que Gachas no actualizaba ni a tiros, también (yo habría hecho lo mismo).

La idea es volver con alegría y buen humor. Primero les pongo un poco al día, en una línea: aún en Roma está Gachas, pero no por mucho tiempo más. Es inminente su regreso a la modalidad de calor SECO madrileña.

Para la vuelta alegre, como digo, les tengo preparada una cosilla, por si les ape participar. Se trata de (chann, chann) la primera edición del GRAN CONCURSO INTERPLANETARIO DE NOMBRES DE SPAM.
No sé si se han fijado pero las variantes de nombres de Spam no son muchas: suelen constar de un nombre latino y un apellido sajón o viceversa. En ocasiones el nombre puede ser gabacho (porque hay nombres gabachos internacionales) o incluso tedesco (la petulante Gachas italianizada ahora llama así a lo alemán).
Nada, aquí presenta Gachas unos cuantos ejemplos inventados. (Eh, ustedes, no sean tramposos: no se vale copiar de sus yahoomails o gmails, denle un poco a la chola e inventen nombres):

Guadalupe Hoover
Judy Bonaventura
Christian Velasquez
Debra Bontempelli

martes, febrero 13, 2007

Deletreando una vez más

Ocurrió lo que Gachas había intuido que sucedería en algún momento: ha tenido que deletrear en italiano un localizador aéreo y, al no entenderla bien el señorito teleoperador, él mismo ha recurrido al "B de Barcelona" pero en su versión italiana.
Casualmente había varias Bes en el localizador de Gachas, y el teleoperatore ha dicho "alora, Bi come Bari?" Gachas, patriota, enseguida ha corregido: "No, Bi come Barchelona". La B siempre es de Barcelona, nunca de Bari, Boston o Birmingham.
Después se ha topado con una L que el teleoperata ha decidido que era "L come Livorno", ciudad anodina donde las haya (anodina en el campo del deletreo, digo. Quizá sea una bella localidad, no lo descarto). Gachas ha tenido que echar mano rápida de sus conocimientos de geografía italiana para decidir que la N, en vez de ser de Navarra era de Napoli y la T de Torino y no de Tarragona.
Ha sido una experiencia adrenalínica de las que crean su poquita adicción. Ahora Gachas se muere por deletrear usando nombres de localidades italianas, pero también de ríos, accidentes geográficos etc.

sábado, febrero 03, 2007

Mondo Carbonara

Gachas salió hace un par de años de su caverna de percepción errónea y ascendió al mundo de las ideas correctas y verdaderas en relación con la pasta alla carbonara: resulta que la versión española, compuesta como sabrán de cucharadas soperas de nata, panceta cocida y champiñones, no tiene nadísima que ver con su homóloga italiana (y a la sazón receta original), que sólo lleva pasta, huevo crudo, pimienta, panceta bien frita y queso rallado. Ni rastro del grumo natoso y repugnante de la Carbonara ibérica.
Gachas aprendió esto hace tiempo, como señaló más arriba, pero no lo había puesto en práctica hasta hoy, que es cuando se ha marcado una cazuela compuesta de una especie de pasta formato cañería-cortada-en-trocitos a la que le ha añadido queso recién rallado, beicon refritillo en su propia grasa, bastante (quizá demasiada, ejem) pimienta negra y, por encima, dos huevos batidos crudos.
La experiencia es placentera, pero hay que estar preparado para ella: una compañera de pisazo se ha dejado la mitad del plato alegando que le daba asquillo y reparo el huevo semicuajado. Gachas se ha sentido profundamente consternada ya que juraría haber probado ese mismo rico plato (así, con el huevo haciendo blob, blob) en una trattoria de esas de camarero anciano antipático, que por lo visto era la mejor de Roma en lo que a la Carbonara se refiere. Perilli se llama el sitio. Cierra los miércoles.

Gachas se pregunta si cada país ha desarrollado su propia receta de Carbonara (en Alemania, por ejemplo, quizá lleve gambas y perejil el plato) según su visión estereotipada de Italia y, en concreto, quién transmitió mal la información sobre la Carbonara que llegó a España desde el país en forma de bota campera.

miércoles, enero 24, 2007

Honestidad Web
Gachas se topa a menudo con un problema propio de la contemporaneidad: el hecho de que las páginas web autopromocionales no se correspondan con la realidad física del lugar o producto que anuncian y, al toparse con este último se produzca una dolorosísima e irreparable decepción. Gachas no se refiere a la inclusión de fotografías trucadas o similar, sino al mero diseño engañoso de la página ―de su tipografía, animación, disposición de la información― que puede hacer pensar (a una miembra de la tribu gafapastista como Gachas) en una realidad afín a MOMAs o berlines o lóndrenes y que después resulta ser pequeñuja y anodina.

Eso le pasó el otro día con un lugar llamado Art Container en Roma: parecía que iba a ser el oro y el magrebí, según su página, y al final era como un armario ropero blanco con una pequeña expo de fotos colgadas.
El vacío legal al respecto impide que Gachas reclame o denuncie esta situación a los carabinieri de turno porque, ¿cómo se verbalizaría esta infracción legal? ¿Se diría: “señor Policía, vengo a denunciar a unos que usaban java y flash y de todo en su web pero luego lo que tenían era un bar pequeñujo? ¿Acaso a los propietarios de bar feo y pequeñujo (qué manía con los sitios pequeños le ha entrado a Gachas) las autoridades les pueden impedir el uso de java, de flash y de otros programas más modernos aún para crear sus webs? Obviamente no, que vivimos en unas democracias y en el libre mercado.
Gachas aprovecha la asociación libre que le ha generado el término “libre mercado” para contar una anécdota acaecida en Roma: va ella a comprar una esponja a la típica perfumería pequeña regentada por un matrimoño ya mayor y, cuando ya estaba a punto de adquirir una cutronga esponja de esas que son como redecillas de naranjas unidas con una cuerda para colgar en la pared, va la dueña y le dice que eso vale CINCO eurazos. Gachas dice que niente, que ahí te quedas tu spugna, maja (Esponja en italiano se dice parecido a la marca de salchichones Espuña). La señora, en actitud regateante, le dice: eh, Gachas, non ti credi que esta esponja es como las del mercadillo de ahí enfrente; anda, te la dejo por 3 euros. Gachas salió de ahí indignada y sin esponja. Su indignación radica sobre todo en el caos que debe de suponer regentar un negocio en el que no se sabe cuánto valen las cosas porque cada día cambian de precio a capricho de sus propios dueños. Gachas está segura de que si su “buona sera, vorrei una spugna” hubiese sido más firme y con mejor acento desde el principio, ahora tendría una espuña para colgar en la pared por el módico precio de un euro y medio o máximo dos.

domingo, enero 07, 2007

Ya está aquí otra vez Gachas

La iluminación navideña y el panettonismo han mantenido a Gachas alejada del suo blog durante demasiado tiempo. Con ilusión espera, una vez más, que le quede algún lectorcillo que llevarse a la boca.

La semana próxima todo recomienza: Gachas volverá a sus clases de italiano y de arqueología itinerante con sus professoresas vagas redomadas (irritatingly-laid-back-teachers); volverá a reencontrarse con la desgana característica de l@s profesionales italianos, con sus tradicionales caras de aquí iba a estar yo si me tocara la lotería (qué fea generalización por parte de Gachas, ni que viniera ella de un país escandinavo donde todo funcionase a la perfección).

Gachas está siendo mazo injusta en concreto con su professoresa de italiano, que en la última sesión prenavideña, quizá por la alegría que tenía ante las vacaciones ―de nuevo Gachas malmetiendo―, se marcó un binguito (en Italia se llama “Tómbola”) allí mismo en la clase.
La mujer se trajo el bingo que le habían echado los Reyes en tiempos de Sandro Pertini, con un dibujo del oso Yogui en la caja pero con incoherentes cartones de un Pato Donald medio mal dibujado dentro (Hannah Barbera y fake Disney en un mismo producto ¡!), y unas lentejitas para marcar en el cartón los números que iban saliendo. La gran novedad respecto al bingo español es que con que rellenes 2 números de una misma línea, ya puedes cantar “ambo”; si son tres “terna”; si cuatro “cuaterna” y si cinco (es decir, línea), “cinquina”, con lo cual se ganan pequeños premios permanentemente, aunque en detrimento de la emoción ante el anhelado canto de línea.

También la professoresa se explayó ese día y nos contó algunas anécdotas sobre Italia y sus cositas, que parece que los otros días había que sacárselas con calzador (¿es correcto decir “sacárselas con calzador”? la verdad, no visualizo la imagen. Quizá sea más bien “sacárselas con forceps” o “con tenazas”). Bueno, a lo que voy: que nos contó cosillas tipo que durante la etapa del Duce no se podían usar términos extranjeros en público, y en el fútbol, en vez de gritarse “gooool”, que es del inglés “goal”, se instaba (por la fuerza) a las personas a decir “rete” (red) que fue el término italiano creado para la ocasión. Estas y otras curiosidades llenaron de alegría y, por qué no decirlo, también de esperanza ante un futuro mejor, a Gachas, tan acostumbrada como estaba a la pasividad zen anodina della sua fistra profesora, que no te devuelve corregido un ejercicio ni a tiros. Más noticias sobre esta última a partir del jueves. Más noticias sobre otras cosas, probablemente antes.