lunes, diciembre 18, 2006

Miscelánea romano-madrileña

Gachas tuvo que ir de nuevo a Madrid a unos recaos y se encontró con novedades tan grandiosas como el hecho de que la línea 5 de metro ya llega a Alameda de Osuna y al parque El Capricho. Pensarán ustedes que Gachas es frecuentadora de esa zona y de ahí su alegría pero no, nada más lejos de la realidad gachesca. A Gachas no la saquen del downtown, que se brota la pobre. Paradójicamente, va a una dottoresa a Tres Cantos, pero es porque le parece muy buena y muy rollo equipo humano ("Estupendo, parece que esta vez lo hemos conseguido": palabras de aliento como éstas le dice a Gachas cuando le erradica problemáticas que no van a detallarse aquí).

A lo que vamos: otra novedad metril que encontró Gachas en su fugaz visita a Madrid es la apertura de nuevas paradas en la línea 11 de metro. Una de ellas lleva el bonito nombre de La Peseta, pero puestos a encontrar bonitos nombres para cosas que nacen o se fundan, la propietaria de un nuevo puesto del mercado de la Cebada se lleva el primer premio (y la estación La Peseta el accesit). Resulta que Gachas baja el viernes al mercau a comprar unas frutas y unas latas de atún y unas cosas y ve un puesto insólito de tés a granel e infusiones (y se congratula por ello) llamado -atención-: Té y mi Gordy. Y al lado de este críptico nombre, la foto-dibujo de un perrillo tipo Fox Terrier. Es decir: la buena mujer emprendedora (Gachas la vió despachando) que ha decidido abrir tan arriesgado negocio (Gachas piensa comprar ahí sus tes para echarle un cable), en vez de darle un nombre que haga mención a las Indias o las plantaciones lejanas del Sudeste asiático (tipo "Compañía infusionera de las Indias"; "La ruta del té" etc.), o uno que juegue con la palabra "té" ("Té para ti"; "DeleitarTé" y demás), va la señora y mete ahí a su pobre pet sin venir a cuento, y encima nos desvela el horrendo nombre que le ha puesto al can, y para más Henry (versión anglo de "para más Inri"), nos hace ver la estrechísima relación que ambos tienen. Éste es mi Madriz, sí señor.

Y haciéndo honor al título de este post, aquí va un precioso descubrimiento romano hecho hoy mismo por Gachas (ya en Roma): resulta que hay un arquitecto del XVII que fue quien diseñó el hospital de San Giovanni in Laterano y más cositas romanas que se llama Giacomo Mola. Parece talmente idea de Javier Fesser el nombre pero no, era un hombrecillo real de mil seiscientos y pico. Mírenlo en Google si no me creen.

sábado, diciembre 09, 2006

Gachas zopenca

Gachas ya reconoció públicamente en este blog su ignorancia acerca de la cultura italiana. Como Woody en Granujas de medio pelo, Gachas intenta a toda costa recuperar el tiempo perdido y meterse italianismo a cucharadas soperas. El otro día vio Caro Diario (sí, Gachas no la había visto: si tuviese que confesar esto de cara al público pediría que la pixelizaran para no ser reconocida) y Mamma Roma (primera peli de Pasolini que ve Gachas en su vida. Pedazo de ignorante es Gachas, ¿a que sí?).

Pues bien, un compañero de casa de Gachas aquí en Roma le comentó que Moretti (Nani) leía fragmentos de su (caro) diario en un cine de su propiedad, el Nuovo Sacher, tras la proyección de una de sus primeras pelis (la titulada Ecce Bombo). Gachas, en su avidez de avistar compulsivamente a la intelectualidad italiana, lamentó mucho no haber acudido y se comprometió consigo misma a no perderse más actos de ese tipo.
Se las prometía felices Gachas hace una hora al leer en La Reppublica que el lunes próximo homenajean a Mastroianni en un teatro del centro de Roma y la cosa es ingresso libero. Gachas se dijo: ¡tate! (Modern), ahí voy a estar yo sí o sí para ver en directo al maestro Marcello (a cuya filmografía nunca ha prestado atención, la verdad sea dicha). Hace diez minutos Gachas se ha puesto a buscar en la web del teatro más información sobre el espectáculo y, glups, se ha dado dolorosa cuenta de que el evento era un homenaje a Mastroianni en tanto que finado que descansa desde hace 10 años en el romano cementerio de Campo Verano.

viernes, diciembre 08, 2006

Ponte della Purissima

Gachas se ha quedado aquí en el puentelapurísima porque, básicamente, en Italia no hay tal puente largo, sólo el día 8 es fiesta, que ellos su Constitución la tienen otro día. Gachas se siente estos días un poco Mahoma: si ella no va a España, España viene a ella, como se ha podido comprobar desde el día 6 por la mañana. Hordas de ejpañoles ocupan el centro de Roma estos días y Gachas, que ya de por sí se sentía como en casa (para bien y para mal) en esta ciudad caótica y catolicota, pues ahora con más razón.

A la Gachas-rematadamente-snob le gusta mucho escuchar las conversaciones de sus compatriotas cuando va subida en un bus, y más le gusta esbozar una sonrisilla interna como diciendo Ay, qué infelices y que mainstream son todos viendo su Coliseo, su Vaticano y su monumento tocho a Vittorio Emmanuele.

Pero lo que más le gustó ayer a Gachas es presenciar en directo un caso flagrante de pickpocketismo en un concurrido bus y, mediante su mirada acusadora silenciosa, impedir que el delincuente llevara del todo a cabo su mala acción. Gachas vio cómo un pavo abría alegremente la mochila de otro e intentaba sacarle la cartera. Tan alegremente lo hacía que Gachas en un principio pensó que era amigo del incauto mochilista y Dios le librara a ella de meterse en algo que sucedía entre dos amigos. Pero fue quedárselo mirando y el tipo dejó de cometer su hurto a sabiendas de estar siendo pillado en pleno marrón. Como era final de trayecto, todos se bajaron y santas pascuas.
Gachas hizo su buena acción del día sólo con la fuerza justiciera de su mirada, ¿cómo lo ven, amiguitos?

En otro orden de cosas, Gachas sabe que lamentará toda su vida no haber asistido hoy al siguiente evento: su Santidad Benedicto XVI y Mr. Fco. (no "Fiumicino" sino Francisco) Vázquez en un mano a mano en la puerta de la Embajada de España en la Santa Sede. Tonta ha sido Gachas de no ir, y mira que ha estado a un tris porque estaba en el lugar de los hechos 20 minutos antes de que diera comienzo, pero había tanto turista y tanto despliegue de polis (y de guardias civiles, sí, en la Embajada de España vive una pequeña comunidad de parejas de la Benemérita para servir a la patria en el exilio) que al final ha optado por irse a su keli.

lunes, diciembre 04, 2006

Parole, parole, parole

Gachas va aprendiendo a trompicones la lengua italiana a fuerza de usarla mal. El gran descubrimiento que marcó un verdadero punto de inflexión en su comunicación con los lugareños fue darse cuenta de que alora NO quiere decir "ahora". Gachas venga a usarlo mal al preguntar cosas, al realizar transacciones comerciales etc., hasta que alguien la sacó de su falsefriendsmo y le hizo ver que a lo que ella se refería era a adesso. Gran alivio.

Otras palabras 100% lugareñas que Gachas ni de coña sabe introducir en su pobretona conversación en italiano son quindi (léase "cuindi"), que es la típica muletilla traducible por 30 cosas, y proprio, así, tan llena de erres, que se usa tanto o más que la mozzarella. Pero ya quedamos un día en este blog que hay palabras y modismos que uno no logra emplear ni a tiros en su propia lengua. En castellano mismamente, Gachas no sabe emplear "a tenor de", ni tampoco "vehemencia" o "expeditivo".

Qué flojo post éste. Es por el catarro ("Ma hai moltissimo catarro!").