martes, septiembre 27, 2005

Más ultramarinia

Gachas ha vuelto al ultramarinos regido por espanioles del que ya habló en otros posts: en éste y en éste otro. Gachas promete cíclicamente no volver más (es caro, la mitad de los productos ya han sobrepasado con creces la fecha del best before y siempre hay mazo de cola) pero al final cae en la trampa: le queda cerca y, total, para cuatro cosillas que quiere comprar pues se apaña.

Entrar en el ultramarinos regido por espanioles es viajar hacia atrás en el tiempo mínimo 30 años: si hay cola y preguntas quién es el último (hay mucho hombre jubilado que compra allí, no sólo señoras) se te dice: "servidora" o "servidor". Es REAL que esas personas emplean ese término para indicar que ellos son los últimos y que por medio de él te dan la vez. Gachas lo ha escuchado un mínimo de 4 veces en los 15 minutos que ha pasado allí. Ella ha contestado un mísero "yo soy la última" cuando le han preguntado, pero la próxima vez promete emplear el Servidora por la gloria de su padre.

El ultramari regido por espanioles lo regenta un matrimoño de cincuentones que tienen contratado a otro hombrecillo cuyo parentesco con el matrimoño se desconoce: no es su hijo porque tiene más de 35 tacos, segurísimo. Lleva su correspondiente boli Bic-cristal-escribe-normal en la oreja y hace los recaos (mete y saca cajas con un carrito, lonchea chopped, va al almacén a buscar congelados caducados que después vende a Gachas...) siempre con alegría y comentarios buenhumorados.

Gachas tiene verdadera ENVIDIA del chico la tienda, de su buen carácter, de su aceptar su tristísimo empleo -en opinión de Gachas- no sólo con resignación sino con alegría. Tendrían que verle entrar con el carrito cargado de cajas de mantecados diciendo "que voy, que voy, pii, pii". Viva el chico la tienda, viva el matrimoño laista que despacha, vivan los jubilados que piden cuarto y mitad de jamonyor y dicen "servidora" cuando dan la vez. Viva, viva el costumbrismo pretransicional, viva.

lunes, septiembre 26, 2005

Cabeza otomana

Ayer, por circunstancias de la vida, Gachas tuvo la ocasión de charlar un ratillo con uno de los chelistas de la afamada orquesta barroca The English Concert, que estaba en Madrid visitando a unos amigos (en concreto, los vecinos de enfrente de Gachas. Toma).

Gachas, que en su día tocaba el clavecín , estuvo preguntándole cosas sobre el mundillo de la música antigua en la pérfida Albión y contándole que aquí, en España, todo el asunto de la investigación musicológica y de la recuperación de partituras de antiguas capillas reales, monasterios etc. empezó más tarde que en el resto de Europa porque "we had Franco, you know". Ahí el pavo me miró extrañado y me vino a decir que qué tenía que ver Fraencou (así lo pronuncié para facilitarle la comprensión) con todo eso. Y yo, ejem, we always blame Fraencou about everything, we tend to say that all our problems were his fault, ejem, you know.

Patético: Gachas se escuchó a sí misma y se encontró patética, tratando de explicar que si aquí somos unos mantas y no hacemos ná de ná y somos una panda vaguzos y se nos hunden las vías del AVE y se nos quema el edificio Windsor es porque Fraencou gobernó durante 40 años.

Lo mismo hace Gachas sobre sí misma: afirma que la culpa de sus defectos (de los que aquí no piensa dar detalles) son de la torpe educación recibida a manos de padres y docentes que, por otra parte, vivieron gran parte de sus vidas bajo la dictatorship de Fraencou.

domingo, septiembre 25, 2005

Gachas at Sefarad

Ayer fue sábado y Gachas, que es multicultural como Lavapies y como el Raval, fue a una comida de Sabbath en la que se sirvió Adafina.
Adafina no es un nombre femenino de viuda que guarda flores secas en los cajones de la lencería: es un plato de cuchara sefardí bien rico y potente. La adafina consta de : garbanzos, patatas y huevo duro, todo ello en un caldo de carne que lleva miel, canela y otras ambrosías. Como lo ponen a cocer toda la noche (en una placa especial muy flojilla para que no se queme), la cosa coge un color marrón que puede ser polémico para algunos, pero no para Gachas.

¿Y para qué cuento todo esto, que no tiene nada de bizarro ni de freak ni del tono habitual de Gachas? pues, amiguitos, por pura inercia ("tengo que postear algo, tengo que postear algo").

viernes, septiembre 23, 2005

Cabezazos contra la ciberpared

Por boba y por darle a los botoncitos, Gachas ha perdido todos sus links a otros blogs (cálmense, amiguitos, en que cuente con un ratillo libre los vuelvo a incluir) y su querido y práctico contador de visitas, que le hacía hermosas estadísticas de cómo iba la cosa Gachas.

Ahora, cuando lo vuelva a incluir, parecerá que Gachas es una advenediza del bloggismo, con 12 o 13 visitantes frente a los ocho mil y pico que tenía antes. Por lista, hala.

jueves, septiembre 22, 2005

El post manido que Gachas no va a escribir

...versaría sobre Kate Moss y los problemas laborales que está teniendo con H&M, Burberrys, Chanel y otras firmas a raíz de su afición demostrada por la farlopa.

...contendría una encendida crítica a la hipocresía de la sociedad de consumo, que ahora se rasga las vestiduras ante la imagen de la modelo dándole al turulo cuando seguro que los dirigentes de las citadas y prestigiosas marcas tienen el tabique nasal de titanio etc. etc.

... acabaría diciendo que menos hipocresía, menos marcas, menos top-models, menos obsesión por la imagen y más leer buenos libros de, por ejemplo, Primo Levi o Lobo Antunes para que se nos quite la tontería. Pero Gachas ha pensado que no lo va a escribir por el momento. Otro día, quizá.

viernes, septiembre 16, 2005

Wifing del bueno

¡Gachas está escribiendo esto sin cables, como la sin par Pinito del Oro, que se subía a una silla a 2 patas colgada de un trapecio sin red! Gachas está contenta, pero tiene como un miedo a caer al vacío y hacerse un chichón de los de Zipi y Zape, que, lamentablemente, nunca tuvo ocasión de ver en la realidad, tan prominentes y rojos ellos.

Ante la primera experiencia wifi, dan ganas (al menos a Gachas) de escribir una Oda Triunfal a la manera de Álvaro de Campos, rollo ¡Hola, internet sin cables mientras me tomo un té verde!, ¡Hola, router invisible globalizante!

Ay, qué alegría sin hilos. Como la que sintieron nuestros abuelos al hablar por primera vez por teléfono con los parientes emigrados a Argentina o Alemaña. ¡Viva, viva la tecnología! ¡adiós a los cibersitios feos con gotelé, luz fluorescente de techo y adolescentes videojugando!

sábado, septiembre 10, 2005

Telefónica vuelve a nombrar

Cómo le gusta a Telefónica emplear los nombres propios que ella cree más representativos de la España de hoy en su publicidad. Gachas, a raíz de otro anuncio en prensa, ya trató este tema en otro post, pero es que el de hoy es distinto y trae más nombres. Aquí van todos copiaditos:

Jordi-Alicia-Walter-Felipe-Nadia-Camilo-Carina-Gonzalo-Miriam-Inés-Rafael-Gloria-Pablo-Paola-Ramiro-Camila-Matías-Ana María-Manuel-Paco-Zuleima-Martí-Diego-Martina-Elisa-Pedro-Carlos-Óscar-Sara-Isaac-Daniela-Laura-David-Susana-Emiliano-Chema-Marc-Ramón-Julián-Salvador-Juan-Montse-Renato-Paloma-Cristina-Jorge-Iván-María-Vicente-Marisa.

Veamos: de nuevo aparece representada la España del joven y de la jóvena nacidos en democracia (Laura, Susana, Paola, Nadia, Iván...), así como la comunidad catalana (Martí, Marc, Jordi) y la recién llegada de América latina (Zuleima, Walter, Renato). El nombre de-España-de-toda-la-vida también está presente (Emiliano, Vicente, Paco, Chema...), no así la categoría "nombres de Euskadi". Muy mal, Telefonica, muy mal, a reparar la omisión e incluir ahora mismo nombres como Edurne, Gorka o Iratxe. Detecto también escasez de Maris-lo-que-sea (Cruz, Jesús, Pili etc) que sigue habiendo y muchas, además.
¿Y era realmente necesaria la presencia de un Camilo y una Camila? creo más útil suprimir uno de los dos y añadir un Diego, un Daniel o una Menchu, sinceramente.




jueves, septiembre 08, 2005

Gachas at Sesame Street

Gachas, tras casi 10 años viviendo en su barrio, tiene localizadas las caras y los nombres de los ninios gritones que le impiden rendir en su trabajo como debiera. Son, a saber:
- Niño Eric: el de la terraza de enfrente. Toca el violín pero ésta no es la principal fuente de molestias. En realidad es la mamá de talante dialogador de niño Eric la que incomoda enormemente a Gachas, siempre intentando hacerle comprender y razonar todo. Viva la guantá.
- Niño Javier: el del patio. Único niño que Gachas conozca con patio-de-su-casa-particular. Lo ha visto crecer, ahora es casi púber y juega en la calle con:
- Niñas del herborista Bill: de unos 13 o así. Juegan con Javier y con algún otro. Para estar siempre en el campo visual de sus papás, sólo se desplazan a lo largo de una manzana de la calle en la que está el herbolario de papá Bill y la casa de Javier. Casualmente, esa manzana es también la de Gachas.

Gachas desea con fervor que tenga lugar de una vez por todas la tradicional vuelta al cole para que esos muchachos sean de nuevo escolarizados. Qué infancia más triste, patinando y parando penaltis en un tramo de 15 metros de calle todos los días. Con lo bien que estarían en casa videojugando o enganchaos a internet como está mandado.

jueves, septiembre 01, 2005

Michel Houellebecq y el prisionero de Azkaban

Ser adulto es una decepción constante: Gachas finalmente pensaba hacer un hueco para ir a su librería multilingüe de cabecera y recoger puntualmente su ejemplar de La possibilité d´une île del sito Houellebecq, pero antes llamó al librero gabacho para asegurarse de que el libro estaba ahí y así no darse el paseo en balde. Hizo bien Gachas: resulta que el libro, como los niños, estaba viniendo de París en ese momento en un camión (así me lo dijo el librero, se me viene a la cabeza un camión tocho, tipo El diablo sobre ruedas, con una imagen gigantesca del careto de mal rollo de Houellebecq pintada en pleno container viajando por las autovías de Espagne).

Pues eso, que hasta la semana que viene nada. Adios ritual de compra del libro ("aquí tenemos a la señorita que ha adquirido el ejemplar número 100 en Madrid"), adios al fetichismo bibliográfico. Veo que los Houellebeckkies no estamos ni la mitad de organizados que los trekkies ni que los ninios fans de Harry Potter. Sob.