viernes, septiembre 19, 2008

Arte vegetal

Gachas, que está vaguza, se limitará hoy a dejar hablar a las imágenes, que son las principales portavoces de este siglo XXI que nos está matando de a poquito.

Van aquí tres fotos inenarrables tomadas en Mérida y cedidas por la generosa Miss Lejana y Sola. Chavales, lo podéis hacer todos desde casa.

sábado, septiembre 13, 2008

Cachas at Tiffany´s (II)

Gachas, con una fuerza de voluntad impropia de la generación vaguza a la que pertenece, sigue yendo a Pilates con alegría. El otro día incluso fue a una clase extra en la que en vez de monitora, había monitor.
La diferencia básica entre monitoras y monitores de Pilates está en que ellas dicen culete y ombliguín y ellos trasero y ombligo. La alusión al culo es frecuente en las clases de Pilates. Es más, es prácticamente imposible no mencionarlo durante la hora que dura la lección, así es que, desde el principio, Gachas se mantuvo atenta a su profesor que calzaba zapatos como de Julio Iglesias (entre zapatilla de piel y zapato así blandito de cordones para llevar sin calcetines en Puerto Banús), a ver en qué momento se veía obligado a soltar uno u otro sinónimos de culo. A veces, para esquivar esta terrrible palabra malsonantísima, los monitores y gentes del mundo del ejercicio dicen "glúteos", pero todos sabemos que esa es una manera escaqueante de referirse a lo que es el culo en sí. El monitor vespertino dijo con tranquilidad "trasero" cuando tuvo que hacerlo, y todos tan contentos.

viernes, septiembre 12, 2008

Oh, Misantropía


Gachas, que no es de ver tele, hoy mientras cenaba ha decidido poner Cuatro, pensando que el citado canal progresista le daría alguna satisfacción a su cerebrín esnob y gafapasta. Lo que ha pillado ha sido un reportaje sobre Zahara de los Atunes y sus gentes, no tanto sobre el turismo sino más sobre las personas auténticas y verdaderas que allí residen. A los cinco minutos de visionado, Gachas se ha dado cuenta de que ninguno de los participantes en el teledocumental le caía bien.

Como daban mucho juego, los reporteros han estado un buen rato grabando las ocurrencias y chascarrillos tan picantes como ininteligibles (de hecho, los tenían que subtitular) de un grupo de setentonas toscas que hablaban como Chiquito de la Calzada ("por la gloria de mi padre"; "er caló de aquí es máh juerte quel Nolotil", "mi marío es máh feo que la asadura de un perro" etc). Lo curioso es que Gachas , si bien es fan ultrafan de Chiquito, cuando se acerca a las fuentes atávicas de las que él mamó para ser quien es, se incomoda sobremanera y entra un poquito en conflicto gafapastoso.
Luego de ver los bailes y la expresión popular de las buenas señoras batifloreadas (muy de Volver de Almodóvar pero menos enjutas, menos manchegas , y a cambio más extrovertidas, vive Dios que sí), la reportera, siempre amable y conciliadora, nos ha llevado a ver los animales (águilas, perros) que unos muchachos guardan en un secarral de por allí. Los chavales se quejaban de que el Ayuntamiento no pone las pistas de pádel que prometió y en invierno aquello da un tánatos que paqué, de ahí que se vean obligados a practicar la cetrería y la cría de perros. La verdad es que eran bastante más dignos que las señoras mayores, a juicio de Gachas, que prefiere la moderación en la expresión (de hecho, una cantaora con la que tuvo que trabajar Gachas cuando fue gestora cultural le dijo a ésta: "tú es que eres mu entrevertía", queriéndole hacer ver a Gachas lo poco que exteriorizaba sus sentimientos). Pues eso, que uno de los muchachos, con el dedo índice estirado para que sobre él se posara su águila, cariñosamente se dirigía a ella como "putona" ("dónde vas tú, putona, ven pacá") mientras le contaba anécdotas a la periodista.

Después, la reportera charló con una muchacha del extrarradio madrileño que veranea allí desde hace 5 años en un apartamento que le sale a 1500 euritos al mes. A Gachas ni siquiera la chica joven de su ciudad le cayó bien, básicamente porque decía "zotea" ("El gato éste siempre está saltando de zotea en zotea").
Pero el odio acérrimo gachuno se ha focalizado en la reportera, en especial cuando ha invitado a los telespectadores a entrar a la caseta donde vive un extraño ser con su anciana tía. Lo tienen todo revuelto y hecho un asquete, la nevera la usan de armarito (había dentro cepillos de pelo, tubos de crema etc) y, por si alguien quisiera agredirles, el buen señor esconde una especie de fémur de mamut bajo el sofá para desquitarse con los desconocidos. Ni siquiera ahí la répor ha hecho ningún aspaviento: ha seguido hablando en su tonillo conciliador haciéndole ver pedagógicamente al loco del pueblo que no es plan de ir pegando con un palo a todo el que se mee en su parcela ("Oiga, no está bien que haga eso. Tenga cuidado, por favor" o algo así de inútil le ha dicho).

Snif. Qué dañino es para el alma gachesca no poder corear Viva la Gente lo a menudo que una quisiera.

domingo, septiembre 07, 2008

Blackberri Eguna



El día de tener Blackberry les llega a todos, incluida Gachas, que la obtuvo GRATIS merced a la fidelidad que le une a su compañía de telefonía móvil Orange (Gachas es más fiel a Orange que un caballito de mar a su yegüita de mar: se afilió cuando aún se llamaba AMENA y ahí sigue, y no por satisfacción sino por pura pereza de cambiar). A lo que vamos: para cualquier produzto hay ahora planes renove, y Gachas aprovechó el renove orangesco (¿el renove cítrico, debería decir?) para hacerse con un tochaco de blackberry gratis y por ende, con una tarifa para que los mails le lleguen a ésta.
Pues bien: como siempre, Gachas, que debe de irradiar alguna feromona antimicrochípica, ha tenido problemas con la Blasberry. Tan grandes han sido los susodichos que hasta la joven del servicio técnico de Orange ("¿en qué puedo ayudarle, Sta. Gachas?"), tras llamar Gachas por tercera vez el mismo día, le ha sugerido que la devuelva (Gachas está dentro de la semana de prueba) y que se haga con otra rapidito, que esa es como de Tómbola Hnos. Carrasco.

Así entre nosotros, la Blackberry es fea como un demonio, pero a Gachas casi que le daba morbete tener ese parato exageradamente ancho, con esas teclillas que parecen dientes apiñaos, con esa fealdad pantallil (tendrían vds. que ver el block de notas: una mera pantalla blanca con letra courier new y a correr: parece MS-DOS). Y además, a Blackberry regalada, no le mires el diente, pensaba Gachas, pero una cosa es el feismo endógeno blackberriano y otra el que la agenda de contactos de yahoo (unos 300, no todos ultraamigos pero sí contactos) no se cargue y Gachas tenga que meterla a dedo, ¿no les parece?

Mañana será un día doloroso para Gachas: Vendrá un sito de SEUR, recogerá el paquete abierto y Gachas se despedirá de su ni-tan-siquiera-estrenada Blackberry, que no sabemos si será triturada junto a Rolex falsos y otras Blackberries handicapped, o si será endilgada a otro consumidor que no se cosque de la problemática que trae consigo (porque llegar los correos, llegan, pero no se pueden escribir sino tecleando la dirección letrita por letrita).

Y vuelta a llamar al plan renove, a aclarar que le vuelvan a reintegrar los puntos (eufemismo de "Euros") por antigüedad y todo ese rosario de acciones propias de la posmodernidad y de Baudrillard, Zizek y la madre que los parió a todos, que son los verdaderos culpables de que esto suceda.