sábado, septiembre 19, 2009

Tararí tararí

Gachas se siente como una quinceañerísima que vuelve a abrir el candadito de su diario íntimo para depositar en él sus penas y alegrías hormonadas de la edad, sus "paren el mundo, que me bajo", sus "estoy por Quique/Juanma" etc. Se siente así Gachas porque, tras meses y meses de ausencia gachil debida a razones lamentables (olvido de contraseña y nombre de usuaria), habrá perdido a todos sus comentaristas, tan importantes para este bloguete como la propia Gatxas, y porque esta vez no anunciará su vuelta, que después la cosa se queda en ná y todo se asemeja a un "que viene el lobo" que ya empieza a oler y con razón.

Sirva este público lugar intangible como refugio gachesco, para ella misma y todos los submesetarios espirituales de este planetaco inabarcable. Ea.

lunes, mayo 25, 2009

¡Qué marcas tiene Italia!

Sí, amiguitos, Gachas es normalmente refinada y no gusta de incluir chusquedad en sus posts, pero es que esta marca de prosecco bien merece una colgadita en el blog, ¿o no están de acuerdo?
Gachas no comprende bien qué hace ese gran palabro en una botella italiana. Como en la lengua de Paloma Gómez Borrero todo acaba en vocal, lo lógico sería "Folladore" o, más bien "Follatore"o, mejor aún, "fogliatore", por eso la irrupción del vocablo castellano así, sin más, sobre el nombre del producto, da como perturbación, pero perturbación de la buena.

domingo, mayo 24, 2009

A PAMPLONA HEMOS DE IR


Lo prometido es deuda: mucho anunciar que si fui a una fiesta popular ancestral y luego poco postearla. Pues aquí está: es la Festa dei Ceri de Gubbio, una especie de sanfermines sin toros en los que los mozos y mozas llevan al santo en procesión pero a toda leche, como si les persiguieran las vaquillas.
Es decir, así como la neztarina es mezcla entre ciruela y melocotón, la fiesta de los Ceri es un injerto entre los sanfermines y la Semana Santa ibérica de toda la vida. Pero me río yo de los costaleros gubbienses, que llevan un santico de chichinabo (del tamaño de una Nancy de Famosa, más o menos) y alardean del esfuerzo que les cuesta cargarlo.

La gente de pasaporte ibérico que acude el 15 de mayo a la famosa fiesta no da crédito cromático a lo que allí sucede: como hay 3 santos, cada ciudadano elige cuál le mola y se viste de los colores de su equipo (San Ubaldo, San Giorgio y San Antonio). La casualidad hace que los de San Ubaldo (¿o era San Giorgio? me lío) vayan de rojigualda, mientras que los del otro vayan como de falangistas. Esto da mucho yuyu a Spain porque le trae recuerdos ancestrales de su pasado feo y reciente.

Después están los sanantonistas, que pasean a su santo con camisas negras y pañoletas rojas, lo que les da un aire como anarquista así más exciting. Y, por último, los muchachos y muchachas de la banda de música, que van vestidos integramente de pamplonicas, de blanco inmaculado con pañoleta y boina roja.
Como Gachas acudió a la ancestral fiesta acompañada de personas americanas, al preguntarle esta sobre sus impresiones de la fiesta, uno de ellos, con la cultura pop de su país muy arraigada en sus entrañas, le contó a Gachas que había visto la procesión, que había entrado en la iglesia, y que había disfrutado mucho "de la banda de música que tocaba piezas del movie El padrino". Gachas, por pura pereza, no le hizo ver al buen señor que Ford Coppola no era el creador de las tradiciones italianas ancestrales sino que estas eran quizá pelín anteriores a la filmación de la película. Pero gusta Gachas de comprobar el jaleíto que tiene a veces América relacionado con si va antes el huevo o la gallina, es decir, las pinículas de América o lo que América refleja en ellas.


lunes, mayo 18, 2009

Ah del castillo

Amiguitos, Gachas vuelve y de qué manera: de castellana vieja, con un cono puesto en la cabeza a modo de tocado y una rueca para tejer y tejer entre la hora del rezo y la del refrigerio. Y con sábanas anudadas para tirárselas por el torreón a los caballeros y facilitarles la subida a su ventana, faltaría más. Así vuelve Gachas y les cuenta que hasta principios de junio estará viviendo aquí junto a otras personas de partes del mundo diversas, especialmente de la obameña América.


El castillo es alquilado, al haberse retirado las ayudas para la compra de primera vivienda. El casero es un conde que fisionómicamente podría muy bien estar emparentado con Luis Escobar, el difunto actor a la sazón Marqués de las Marismas del Guadalquivir (inciso: quien es Conde de una marisma, ¿disfruta de un terreno pantanoso en la misma para construirse su casoplón? ¿y no se le enfangan los cimientos? prefiero entonces ser duquesa de un secarral, más práctico a la hora inmobiliaria). El susodicho conde lleva jersey de cuellopico (Gachas lo ha visto) y fuma tabaco de liar, pero no en la oficina del castillo, que la empleada no le deja si lo hace ("é vietato fumare qui dentro, signor Conte"). Así tratan los siervos de la gleba contemporáneos a sus condes, con ese poco respeto y ese prohibicionismo.

El castillo, como pueden ver en la foto, es modelo Exín Castillos, almenado y noblote. Tiene, como todo castillo del XV, sus bombillas de bajo consumo en las farolas y, además de las zonas más nobles, unas cuantas algo más humildes que invitan al recogimiento y a la meditación, rollo celda de Fray Luis o similar.


martes, febrero 10, 2009

Gachas y el design

Ayer Gachas se coló en la clase sobre contemporaneidad cultural que daba un amigo suyo en una escuela privada de diseño en general, la más tope fashion de las escuelas privadas de diseño (la cobardía gachesca y el temor a las represalias le impide reproducir aquí el nombre o el acrónimo). Gachas reparó mucho en los alumnos, en sus ademanes, ropas y usos y costumbres. Eran pocos (pa eso pagan, no para una masificación estilo Complutense), tantos chicos como chicas: se ve que ya los padres no instan al muchacho a ser ingeniero o abogao del Estado, eso era en el pasado juvenil de Gachas). Algunos varones eran como de estética gaynor y, en general, todos cooles, claro,ya que estudian cómo coolizarlo tó. Había también un par de paulinitas rubio entre las asistentes: por lo visto es frecuente que la escuela cuente con mucho alumno pijazo del DF al que sus padres mandan a Madrid por ser ciudad más segura y caminable.



En fin, no sé por qué Gachas tanto critica, si tenía pura envidia de esos muchachos que van a dedicarse a trabajar con cosas de colorines y a diseñar simpáticos envases (por ejemplo, los futuros de Caldo Aneto) y sillas cómodas de IKEA.
En mitad de la sesión hubo un imprevisto cambio de aula y Gachas, que no tenía amiguitos en la clase y era malmirada por los alumnos por ser viejuna y desconocida, se quedó rezagada en la mudanza. Ahí vio que, sobre una de las mesas, algún chaval o chavalita se había olvidado un retu Edding de tapa verde manzana. Gachas, que siempre ha sido muy de hurtar pequeños objetos, lo cogió con la ingenua esperanza de que obrara cual varita mágica y, al usarlo, le hiciera dibujar tan bien como seguramente lo hacen esos muchachos. Nada más lejos de la realidad: el rotulador, además de no pintar en verde sino en negro, está medio reseco y no vale ni para firmar el acuse de recibo de un paquete de SEUR. Tras esa triste comprobación, Gachas volvió a asumir que el diseño no es ni será nunca su profesión (vean qué hermoso pareado).



lunes, febrero 09, 2009

Y dale con el Aneto

Gachas vuelve, tardísimo, ya casi en carnaval y, a riesgo de perder los cuatro lectorcillos que le quedan, insiste con el anetismo.
Yo creo que ya después de este post poco más se podrá decir del insigne caldo blanquecino con grumos (más que grumos, como plaquitas blancas que muestran que el caldopollo es genuino) que tanto gusta a Gachas. Esta vez es un elogio a la inteligencia comercial anetista: están tan pero tan en todo que, ahora que es invierno y que entona mucho un caldito bebido en un bar, han puesto dispensadores de caldo diseñados especialmente para locales. En La Latina vio Gachas éste (el único de todo Madrid, la verdad sea dicha) y no pudo por menos que tirarle unas fotitos.
Les dejo con ellas:

sábado, enero 10, 2009

Impunidad fotográfica

Gachas está, dentro de sus modestas posiblidades, muy fotera últimamente. Con esto de la nieve de Madrid, además, se ha dado cuenta de que había en su ciudad un clima como de fotismo generalizado que permitía, sin pudor o discreción algunos, hacerle retratos a la peña sin que apelaran al derecho de privacidad de imagen o similar, por el buen rollo que genera entre los ciudadanos (sin coche) la caída de copitos de nieve.

Gachas, que es muy cobardona para hacer fotos de gente in fraganti, no ha sentido esos temores estos dos últimos días y hala, venga de tirar fotos laser de esas con su cámara digital que, total, son gratis y no gastan carrete.

Sin ir más lejos, estos mormoncitos lavapieseros adoctrinando a las paisanas del barrio.







O esta mina con su chaquetoncito de visón en Orient Square, mismamente.






O esta simpática familia juguetona en un parque frente a la Almudena:











Pero la nieve se está derritiendo y con ella la valentía fotográfica de Gachas.
A mais grande do mundo




Nada, que Gachas está vaguza y en pleno proceso de sacar a pasear a la niña que todavía habita en ella a que tire bolas de nieve y haga muñecos y eso, de ahí que cuelgue este sencillo post que en realidad no es sino un pie de foto: al loro con el enorme tamaño del cítrico cordobés (foto tomada en plazuela cordobesa, juraría que Santa Marina: corregidme si no es así, súbditos de Rosa Aguilar). Pero hagan click en la foto, que gana mucho ampliada.

lunes, enero 05, 2009

Caldo Aneto everyday keeps the doctor away

Amiguitos, es ya un hecho demostrable: la que fue hasta hace unos días la mujer más longeva de este planetucho en el que vivimos, la portuguesa María de Jesús (léase "María do Shesúish" o similar), que tenía sus buenos 115 años cuando murió, TOMABA CALDO ANETO.

Gachas, mirando por casualidad información sobre la anciana en Yahoo news, ha puesto sus dotes de semióloga de la imagen al servicio del mundo y ha descubierto las pruebas: vean aquí abajo a la superabuela lusa María de Jesús encima de su cama recién hecha, con cabecero como de casa de Tomelloso o de Macieira de Loureiro, leyendo a gusto y sin asomo de presbicia un periódico en castellano en cuya contraportada figura la publicidad de Caldo Aneto para paella (¿acaso no ven la entrañable tipografía Comic Sans propia de la marca?)

Siendo María de Jesús portuguesa como es, y teniendo en cuenta que los ancianos muy ancianos no andan viajando ni al país vecino, me parece claro que ese periódico indica a todas luces su afición por el glorioso Aneto en todas sus variantes: alguien se lo trajo from Spain (tanto el periódico como el caldo) y quedó aficionada hasta el día de su muerte.
(Ojo a los listos de turno: ni se les ocurra mencionar de pasada que quizá fuera precisamente el caldo la causa de su deceso porque no lo aceptaré).