domingo, abril 13, 2008


Gachas y el parásito de los cervatillos

Parece que la campiña hudsoniana es zona endémica para la "tick disease" o parásito de los cervatillos. Han editado folletos a todo color ilustrando el asunto y previniendo a la población: es como un bichito negro, tipo chinche o pulga que se te queda a gusto acurrucado bajo la piel chupando la sustancia que pueda y que, si no te lo tratas, te puede provocar bonitas enfermedades como artrosis o alteraciones del sistema nervioso.

Bastante tiene Gachas ya con su sistema nervioso y su oído medio taponado como para más dolencias, así es que toma todas las precauciones posibles para no pillar el bicho. Por lo que ha preguntado a los lugareños, parece que muchos en algún momento de su vida aquí fueron picados una vez al menos por un tick de esos: nada, se lo quitaron aguerridamente con unas pinzas (se queda ahí pegado y se ve) y ya. O, si no se dieron cuenta al momento, fueron al médico rural que de su maletín con cierre que chirría sacó un antibiotis y se lo administró (primero te sale una ronchona para avisarte de que el tick obró en ti), y ni artrosis ni daños ulteriores.


Los lugareños han tratado de quitarle el miedo a Gachas diciéndole que el bichito sólo actúa en momentos de mucho calor y que las precauciones consisten en no sentarse sobre la hierba directamente y cubrirse un poco el cuerpo al salir de paseo. Entre que no ha hecho tiempo de ir en tirantes y que Gachas ha sido informada de la tick disease, cada vez que sale a dar una vuelta por el cercano parque de esculturas (una especie de Chillida-Leku pero de artistas varios), se pone casi armadura. Aún así, su hipocondria hace que sienta que los ticks se la han comido a picotazos, atravesando las varias capas de telas que Gachas lleva encima de su piel gachesca.

Y hablando del parque de esculturas: como América es una tierra adinerada, las esculturas están muy bien cuidaditas: siempre hay algún operario dándoles lustre, arreglándoles un tornillico, fijándoles una pieza o lo que sea (abajo van 2 fotos para que se hagan a la idea). Una pareja de arquitectos se hacen cargo de supervisar el lugar durante todo el año, y por ende viven en una super casa rollo Frank Lloyd Wright entre los árboles.

Ayer precisamente, el arquitecto varón de la pareja se encontró a Gachas por el campo y, como ya la conoce, le dijo que si quería ver su hermosa casa diseñada por él mismo y su wife. Gachas aceptó gustosa, pero el buen señor sólo le enseñó finalmente el salón, nada del baño ni del cuartolaplancha ni otras dependencias. Se le veía al hombre orgulloso de su creación: en su mirada se le detectaba un "a que mola el cacho casoplón que me he construído, eh, Gachas". Y sí, molaba: todo blanco, techos altérrimos, esculturas pequeñitas de cubos de madera colgadas de muy arriba, fluorescentes semiempotrados en el techo, ventanal inmenso... Lo que no le gustó mucho a Gachas, y además le sorprendió encontrárselo ahí, fue el suelo, a base de baldosas cuadradas blancas jaspeadillas en negro, vulgares y corrientes. Le dieron ganas de decirle al tipo que in Spain esa era la baldosa por antonomasia de los apartamentos de Cullera, que cuidadito con marcarse streetlamps. Pero no se lo dijo: sólo le comentó que esa baldosa se debe de fregar bien, que sólo con pasar la mopa y darle fregasuelos (así lo pone en la botella) de pino, ya brilla de lo lindo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mí me suena a garrapata. Dan asquito, pero se quitan con facilidad, se desinfessta el lugar, y ya.

Sé a lo que se refiere con lo del mantenimiento. En un paseo nocturno por Nueva York, pude ver a media docena de operarios, de rodillas en la acera, Netol en ristre, sacando brillo a los latones que cubren los alcorques de los árboles, frente al Rockefeller Center. Igualito que aquí.

Las baldosas a las que se refiere, también adornan los suelos de los apartamentos de Comarruga (Tarragona). Curioso nombre para un pueblo.

Anónimo dijo...

Garrapatas, agüela. Los ticks esos son la clásica garrapata celtibérica. Están fuertes en invierno y van declinando con la caló. Por lo menos en la Península, los que hemos tenido perros las conocemos bien.

Ms T.