lunes, mayo 25, 2009

¡Qué marcas tiene Italia!

Sí, amiguitos, Gachas es normalmente refinada y no gusta de incluir chusquedad en sus posts, pero es que esta marca de prosecco bien merece una colgadita en el blog, ¿o no están de acuerdo?
Gachas no comprende bien qué hace ese gran palabro en una botella italiana. Como en la lengua de Paloma Gómez Borrero todo acaba en vocal, lo lógico sería "Folladore" o, más bien "Follatore"o, mejor aún, "fogliatore", por eso la irrupción del vocablo castellano así, sin más, sobre el nombre del producto, da como perturbación, pero perturbación de la buena.

domingo, mayo 24, 2009

A PAMPLONA HEMOS DE IR


Lo prometido es deuda: mucho anunciar que si fui a una fiesta popular ancestral y luego poco postearla. Pues aquí está: es la Festa dei Ceri de Gubbio, una especie de sanfermines sin toros en los que los mozos y mozas llevan al santo en procesión pero a toda leche, como si les persiguieran las vaquillas.
Es decir, así como la neztarina es mezcla entre ciruela y melocotón, la fiesta de los Ceri es un injerto entre los sanfermines y la Semana Santa ibérica de toda la vida. Pero me río yo de los costaleros gubbienses, que llevan un santico de chichinabo (del tamaño de una Nancy de Famosa, más o menos) y alardean del esfuerzo que les cuesta cargarlo.

La gente de pasaporte ibérico que acude el 15 de mayo a la famosa fiesta no da crédito cromático a lo que allí sucede: como hay 3 santos, cada ciudadano elige cuál le mola y se viste de los colores de su equipo (San Ubaldo, San Giorgio y San Antonio). La casualidad hace que los de San Ubaldo (¿o era San Giorgio? me lío) vayan de rojigualda, mientras que los del otro vayan como de falangistas. Esto da mucho yuyu a Spain porque le trae recuerdos ancestrales de su pasado feo y reciente.

Después están los sanantonistas, que pasean a su santo con camisas negras y pañoletas rojas, lo que les da un aire como anarquista así más exciting. Y, por último, los muchachos y muchachas de la banda de música, que van vestidos integramente de pamplonicas, de blanco inmaculado con pañoleta y boina roja.
Como Gachas acudió a la ancestral fiesta acompañada de personas americanas, al preguntarle esta sobre sus impresiones de la fiesta, uno de ellos, con la cultura pop de su país muy arraigada en sus entrañas, le contó a Gachas que había visto la procesión, que había entrado en la iglesia, y que había disfrutado mucho "de la banda de música que tocaba piezas del movie El padrino". Gachas, por pura pereza, no le hizo ver al buen señor que Ford Coppola no era el creador de las tradiciones italianas ancestrales sino que estas eran quizá pelín anteriores a la filmación de la película. Pero gusta Gachas de comprobar el jaleíto que tiene a veces América relacionado con si va antes el huevo o la gallina, es decir, las pinículas de América o lo que América refleja en ellas.


lunes, mayo 18, 2009

Ah del castillo

Amiguitos, Gachas vuelve y de qué manera: de castellana vieja, con un cono puesto en la cabeza a modo de tocado y una rueca para tejer y tejer entre la hora del rezo y la del refrigerio. Y con sábanas anudadas para tirárselas por el torreón a los caballeros y facilitarles la subida a su ventana, faltaría más. Así vuelve Gachas y les cuenta que hasta principios de junio estará viviendo aquí junto a otras personas de partes del mundo diversas, especialmente de la obameña América.


El castillo es alquilado, al haberse retirado las ayudas para la compra de primera vivienda. El casero es un conde que fisionómicamente podría muy bien estar emparentado con Luis Escobar, el difunto actor a la sazón Marqués de las Marismas del Guadalquivir (inciso: quien es Conde de una marisma, ¿disfruta de un terreno pantanoso en la misma para construirse su casoplón? ¿y no se le enfangan los cimientos? prefiero entonces ser duquesa de un secarral, más práctico a la hora inmobiliaria). El susodicho conde lleva jersey de cuellopico (Gachas lo ha visto) y fuma tabaco de liar, pero no en la oficina del castillo, que la empleada no le deja si lo hace ("é vietato fumare qui dentro, signor Conte"). Así tratan los siervos de la gleba contemporáneos a sus condes, con ese poco respeto y ese prohibicionismo.

El castillo, como pueden ver en la foto, es modelo Exín Castillos, almenado y noblote. Tiene, como todo castillo del XV, sus bombillas de bajo consumo en las farolas y, además de las zonas más nobles, unas cuantas algo más humildes que invitan al recogimiento y a la meditación, rollo celda de Fray Luis o similar.