jueves, mayo 19, 2005

Voces de ultramarinia

Gachas volvió al ultramarinos regido por espanioles del que había hablado en un post anterior. Gachas no sabe por qué vuelve a ese ultramarinos: es caro, siempre hay cola de ancianos con carritos y a veces le dan productos caducados (patas de cangrejo de esas rojiblancas, rollo Atleti: best before Dec. 2004, y las compré en abril del presente año, ¡Arrg!). Bueno, la cosa es que Gachas reincidió y volvió a encontrarse con seres de los que ya no se ven en ningún otro lugar, y escuchó conversaciones que creía descatalogadas (quizá por eso Gachas reincida...). En ese ultramaris las clientas aún comentan a diario que se lían con el euro. Gachas vió cómo una señora ponía su monedero a disposición de los ultramarineros para que ellos cogieran lo que tuvieran a bien ("coge dái, coge dái", decía la señora semi-en-bata) porque ella no comprendía en absoluto la nueva divisa. "Yo no me entero de cuánto valen las cosas ahora", decía. Y el tendero, aplicando lógica occidental de la mejorcita, le contestaba: "pues, Conchi, es muy fácil: las cosas valen lo que marca su precio en euros". Conchi no entiende el euro y, me temo, tampoco la peseta. Conchi dice almejillones y yugures. ¿Os reís de Conchi? yo no sé si me carcajeo o me dan escalofríos al respecto.

Y hasta aquí las Voces de Ultramarinia. Les esperamos en nuestro próximo post, queridos lectores en pantalla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo por leer tu transcripcion de los hechos (por otra parte, mega banales) acaecidos en tu ultramaris de la esquina, yo es que pagaba y todo.

con cosas así, me va a entrar hasta la la morriña de no vivir en Spain.


Ms Tytania

Turulato dijo...

El que más me ha gustado

Gachas dijo...

Gracias, chicos/as. Es que lo que sucede en ese ultramarinos sucede con mucha intensidad. Creo que voy a volver con más frecuencia. Me llena de una energía muy chunga, pero energía al fin y al cabo.