viernes, diciembre 28, 2007

Gachas y el caldo Aneto

Por si no lo saben, la marca Aneto, que no la conocía ni Dios hasta hace bien poco, ha sacado una gama de caldos en tetra brick: caldos de pollo, de jamón (creo), de verduras y de pollo bajo en sal (y probablemente de pescado, pega). Gachas lleva echándole el ojo al caldo Aneto desde el nacimiento de este último porque le mola mazo su packaging, ese contraste entre el tetrabrickismo frío y contemporáneo y su estampado de mantel de cuadros (cada tipo de caldo lo lleva de un color) que contribuye a fomentar la idea de que el caldo es, de verdad, casero.
Si Gachas no había comprado antes el caldo Aneto es precisamente porque NO es en absoluto casero: lo hacen, como tantos otros alimentos, en una fábrica con chimeneas metálicas, probablemente en una olla de acero del tamaño de la Maestranza de, arsa, Sevilla y, más probablemente aún, trabajadores recios de la empresa entrarán DENTRO del piscinón de caldo Aneto con botas de goma para sacar no sé qué cosa que se les haya caido dentro, controlar el manómetro de la temperatura y cosas igualmente terroríficas. Es que, como a ustedes les pasará también, Gachas se sabe de memoria las truculentas historias que circulan respecto a la comida envasada contemporánea: que si el jamonyor es en realidad fécula de patata fermentada hecha una pasta, que si el pollo de hoy es un engendro sin cabeza y por eso el Kentucky Fried Chicken ahora se llama casi como el aeropuerto de Nueva York, sólo con las iniciales (KFC), y demás perlas de terror gastroenterítico.

Bueno, pues finalmente Gachas ha sucumbido al anetismo y ha comprado su primer caldo de pollo Aneto, con los cuadros del mantel color amarillo y blanco y la tipografía estilo “Agenda del ama de casa 1972” en marrón cáscara de huevo (de huevo marrón, se entiende). Aparentemente el caldo sólo lleva agua, pollo de corral (es decir, con cabeza, tronco y extremidades), cebolla, zanahoria, col, puerros, apio y sal. Gachas, obviamente, no se lo cree, aunque en el tetra figuren 4 fotos con pollos pelados, verduras y enormes cacerolotes aparentemente muy higiénicos.

No obstante, ha sido abrirlo hace 3 horas para comenzar su cena con él y ya se ha debido de beber como medio litro. No ve Gachas el momento de probar el Aneto de verduras, el de carne o jamón, el de pejcao… (ese último probablemente no). Sabía que esto iba a ocurrir, que todo eran barreras para no caer en el vicio del caldismo envasado.
(http://www.caldoaneto.com/ )

5 comentarios:

Hans dijo...

Mi no desdeñable experiencia en el sector agroindustria (glups) no hace que deje de comer de nada. Señalo a todo el mundo, empero, que lo de los mataderos es especialmente letal como concepto (sea de elemento de dos patas -pollo- sea de cuatro -porcino y vacuno-), tanto estética como olfativamente, de modo señalado, pero que, si hay algo realmente ASQUEROSO es una fábrica de gominolas. No quiero ni contarlo.
Diré por otra parte que esas marranadas que han 'pasao' al sector leyendas urbanas y blabla suelen ser más falsas que Judas. En general, Sanidad está MUY encima de ese tipo de factorías,
Dicho todo lo anterior: ya le tenía yo 'echao' el ojo a Aneto, sips.

Antonio Jiménez Morato dijo...

Querida amiga Gachas. Me sorprende, con su afición al dulce-salado, este desvarío en forma de caldo.
Yo,la verdad, pese a sus recomendaciones, nunca compraré el caldo Aneto. Me gusta mucho el monte pirenaico del que ha tomado nombre y me gustan, también, los caldos caseros -sean estos salidos de verdaderas manos de yayas con hogazas de pan en las faltriqueras o de horrosas fábricas con una higiene dudosa, por cierto, menos higiene que en una casa de pueblo...-.
La verdad es que no pienso probarlo porque me parece que tiene un packaging detestable. De hecho estoy convencido que el diseño de los tetrabricks ha salido de la mano del propio propietario de la empresa. La tipografía a la que aludes, querida Gachas, es una vulgar comic sans,la misma con la que todo el mundo manda esos mails que quieren parecer informales. Posiblemente la tipografía más horrorosa que se ha diseñado -bueno, no creo que nadie diseñase eso, la verdad- y con la que todos los catetos agobian a las gentes de buen gusto. Yo me descargué una vez una divertida tipografía que corre por el Interné llamada "I hate comic sans".
Pero peor todavía es el nombre de la marca, que, como lo del Grupo IFA, parece escapado de una fábrica de neones para cafeterías de extraradio de los años setenta. Uno puede imaginarse al Alfredo Landa de su gran época -pelo en pecho y ligándose a suecas en la imaginación calenturienta de los directores casposos de la meseta- y a Inmanol Arias -en su rol de marido con oído canino para poder entender los susurros de Ana Duato- trabajando en un taller de neones de Hortaleza para hacer las letritas de Aneto.
Un horror, la verdad. A mí me enseñaron que la comida tiene que comenzar a entrar por la vista, y viendo esos tetrabricks me da la irisipela.
Menos mal, amiga Gachas, que cuando tiene invitados en casa no les saca el dichoso caldo.
Abrazos mercantiles y comunales.

Gachas dijo...

Antoño, no quiero enemistarme contigo por el tema "Caldo Aneto", pero te digo desde aquí que intuyo un mal gusto tuyo respecto al packaging del que tú no te das ni cuenta. A ver, hay otros caldos y sopas de verduras cuyo envase incluye fotos o pinturas tipo "still life" de los productos contenidos en la receta (ej. Calabaza con zanahoria, Guisantes con jamón etc...). Si ese es el packaging que te atrae... en fin, amigo, vamos a tener enfrentamientos. Mucho mejor estos tetrabrises de Aneto que juegan con la cosa de lo casero=mantel de cuadros.
Y después el tema "cuando tengo amigos en casa no les saco el caldo". Ejem, amiguito, no les saco el tetrabrick, pero nada te asegura que las sopas o salsas que yo hago no contengan trazas de anetismo...

Antonio Jiménez Morato dijo...

Querida Gachas.
No compro ningún tipo de alimento precocinado, ni caldos, ni latas ni cosas de ese tipo. Me alimento muy mal, lo sé, pero tengo un respeto por mi cuerpo.
Por otro lado señalar que no me gustan las comidas caldosas, y que me guardaré muy mucho de comer cosas en tu casa en las que puedas haber vertido estos caldos.
Por cierto, las camisetas son un horror, porque incluyen la puta tipografía del infierno.
Abrazos.

Anónimo dijo...

El movimiento internacional OCAC, del cual soy simpatizante, comparte tu preocupación. Hay que seguir ganando adeptos!

saludos