martes, abril 19, 2005

Negocios en vías de extinción I: el ultramarinos regido por espanioles

¿Quedan en vuestras ciudades aún tiendas de ultramarinos regidas por regios y rancios señores/as de España? en la mía apenas. Casi todas las tiendas de variantes alimenticias (latas de La Piara tapa negra, sobrasada El Pozo, yogures PMI de los que no necesitan nevera etc.) las regentan personas de la China, pero aún queda una en mi barrio atendida por lo que creo que es un matrimonio con muchas dioptrías ambos y un chico con chaquetilla color mono de mecánico que les ayuda a llevar los pedidos.

No podemos aplicar el adjetivo "competitivo" a los precios del ultramari y sin embargo hoy que he ido a comprar bacalao en salazón (también venden), aquello parecía el camarote de los hermanos Marx (Karl y Jürgen): a rebosar de ancianas con carritos de la compra que se sienten bien tratadas por, pongamos, Asun y Vicente.
La palabra despachar se escucha mucho en el ultramarinos regido por espanioles, así como el "Bonita, dime qué te pongo" y el tradicional laismo ("¿la pongo algo más?"). Es más, creo que es requisito imprescindible ser laista y leista para despachar en esas tiendas. No he preguntado sobre el tipo de entrevista laboral que realizan, pero me da a mí en la nariz que te hacen despachar y preguntar qué la pongo.

Y al releer este post me acaba de dar como un regusto a Elvira Lindo que tira backwards. Les ruego me disculpen.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ey, yo podria despachas, soy un laista reconocido y orgulloso de ello.

Muá!

Gachas dijo...

Así me gusta, nadj, reconociendo sin pudor el laismo que practicas. Muy bien, te contrato: póngame 2 tomates de esos rojitos de ahí, una lata de espárragos El Cidacos y 4 yogures desnatados con trozos de fresa. No "Sabor fresa" sino con trozos, por favor.

Pamplemousse dijo...

Afortunadamente, en Barcelona, conservamos todavía unos cuantos "queviures", versión catalana del ultramarinos. Los irredentos abueletes resisten a la invasión bárbara con entereza (en nuestrocaso pakistaní), y siguen vendiendo el litro de leche o els galets a precio-puta.
Pero no nos engañemos, la decadencia se adueña incluso de los barrios altos, y hasta la pija media de Sarrià no puede resistirse al embrujo de un tinte desrizador de pelo (made in Gabon) o al refresco latino (sabor a guayaba) que no sabía que existía. Y es que, los nuevos ciudadanos
-creo que a ZP aprueba este término- nos ganan en globalización.

djflow dijo...

Pues mira, ahora que dices lo de Elvira Lindo.

Pero no desesperes; es más, persevera: acabarás viviendo en Nueva York.

No obstant aixho, tú tienes más gracia...

Anónimo dijo...

Pues claro, nexus_6, que te esperabas? Todo el mundo sabe que comer es de pobres.

Ms Tytania