jueves, febrero 02, 2006

Gachas combate la desidia

Gachas asume su poca pulsión posteadora de esta temporada, no porque esté tristona o desganá, más bien por haber perdido un hábito que cuesta recuperar y también por deberse ella misma a otras escrituras con deadline de ese. Como suele pasar en estos casos, el recurso más fácil para Gachas es hablar de algún personaje bizarro, que, gracias a Dios, nunca faltan, o de sus propios hábitos alimenticios gachescos. En este post se matarán dos ucells de un tiro y se hablará tanto del Doctor Christian Barnard como de los dolmades (esos rollitos de arroz acitronadísimos y envueltos en hoja de parra que se comen en los sitios de kebab o en los restaurantes griegos o en los cuartostares de las casas de la gente que los compra enlatados, como hace Gachas últimamente. También se llaman dolmas o, en ladino, yaprakitos).

Empieza Gachas con el tema dolmades: de adicción se puede calificar su interés repentino por ese alimento. A Gachas le gustan en general los alimentos contabilizables en piezas (croquetas, albóndigas, buñuelos de bacalao...) porque así puede calibrar más o menos si se ha pasado o no en la ingesta. Aunque en realidad todo lo que uno quiera es contabilizable en piezas, llamándolas platos o raciones. A lo que vamos: que a Gachas le da muy buen rollo el idemito de arroz y hoja parra. No le ve los defectos por ningún lado, sólo las virtudes: suitable for vegetarians, dieta mediterránea ancestral, poco engordante... Gachas se siente cretomicénica cada vez que se abre una lata de esas, se siente parte de la civilización grecolatina, se siente indoeuropea, se pone en conexión con sus ancestros en un par de mordiscos. Gachas reivindica el dolmades como tapa en los bares de Ejpaña, incluso en los llamados La campana leonesa, La catedral de Zamora, La pilarica. En esos también, en esos más que en ningún otro.

Y ahora el tema Barnard: a Gachas, el concepto hombre blanco nacido en Sudáfrica ya le parece bizarro per se (habría que revisar, entonces, el término "bizarro", que a este paso va a ser bizarra hasta Björk), pero más aún si además es pionero en transplantes de corazón y, en medio de su primer trueque de cuore, suelta en afrikaans las palabras "Jesus! Dit gant werk !" ("¡Jesús, esto va a funcionar!"). Con esa reflexión y con un link a una página donde sale una foto del susodicho padre del transplante de corasónlatino les deja Gachas:

http://www.atcpasturias.com/barnard.htm

3 comentarios:

Hans dijo...

Oh, cuán sorprendido queda Hans de que se comercialicen dolmades en lata. Hans gustará de saber de dónde las saca Gachas... ¿club del gourmet del tajo británico? ¿tienda de exquisiteces ad hoc? ¿Insospechada oferta, tal vez, de uno de esos ultramarinos donde a Gachas "la" despachan?. Gratas sorpresas deparadas por la vida en la Villa y Corte.

Anónimo dijo...

Las dolmades enlatadas son buenísimas, las compro en las tiendas de los trucos de Londres - los únicos que venen verduras frescas decentes. Son como los ultramarinos españoles, pero con más bigote y halvva de pistacho en lugar de turrón El Lobo. Seguro que existe un verbo en turco para "despachar": "la despachan ya, señora Fátima?"
Tambien venden berenjenas rellenas, similares a ls dolmades, y mermelada de pétalos de rosa (no la recomiendo para comer, pero si teneis que ir a una de esas cenas culturetas de amigos y aportar algo exótico, queda muy bien.

Ms T

Gachas dijo...

Ay, la halva, ¡qué rica! tiene que tener todas las calorías de la tierra. Debe de estar indicada para, tras su ingesta, escalar el Kilimanjaro, pero yo comí un poco y luego me quedé aceporrada (así no hay manera de generar fibra en los mújulos, está claro).