domingo, agosto 21, 2005

Figuras detestables I: la mujer adinerada de cincuenta y pico que protesta por todo

Gachas, por razones que no vienen al caso, conoce muchos ejemplos de figuras detestables de la modalidad I. El otro día, en un tren, tuvo que convivir con dos de ellas. Mostraban una queja perenne: les habían tocado asientos en sentido contrario a la marcha de la locomotora y por ello tenían la intención de denunciar hasta al mozo que reparte los auriculares para ver la peli a bordo. Frases más repetidas: "es una vergüenza", "ese no es mi problema", "cuando llegue a Madrid voy a poner una reclamación, está clarísimo".

Instaron al señorito revisor a encontrarles sendos asientos libres de los que no les parecían una vergüenza. El hombre lo hizo y al rato vino con buenas noticias: les dio los números de los asientos disponibles para que se desamargaran de una vez. En ese momento fue donde se mostró la maldad de esas damas en todo su esplendor: no se movieron de sus asientos invertidos. En realidad, sólo querían comprobar si el empleado estaba realmente a sus órdenes. ¡¡¡¡Brrrr!!!! Gachas quiso matarlas repetidas veces, especialmente a una de ellas que se parecía fuertemente a un Javier Marías con pendientes de perlas.

Pero para desagraviar, ese tipo de señora poderosa y antipática de la España de hoy sigue practicando la obra de caridad tradicional: a un ciego que buscaba el W.C. que hay entre vagón y vagón ellas enseguida le dieron las indicaciones pertinentes ("sí, sí, por ahí va bien, siga recto") para evitar que el caballero se la sacara en el vagón-cafetería por error.

Pero, paradójicamente, consuela saber que siempre, siempre, nos quedará la señora adinerada y borde de cincuenta y pico con su mocasín Tod´s de suela tachuelada en goma que continúa por detrás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desaparecida! Por desgracia en mi barrio las hay a patadas y un 85% desagradables. Lo se de buena tinta por q trabajaba en una tienda de moda y complementos y las tuve que sufrir en mis propias "cannes"