jueves, noviembre 09, 2006

Super taglia me

Gachas, tras unos días en Madrid debido a unos asuntillos, ha vuelto a Roma con una triste realidad sobre sus espaldas: ha engordado kilo y pico, casi dos. Esto se debe a la falta de control alimentario ejercida en sus primeras semanas en Roma. Como vive con otras quince personas (¡¡¿¿quince personas??!! ¿Pero dónde on earth vive Gachas?) pues que si uno saca galletas, la otra biscotti (que Gachas ha aprendido hoy que son dulces, al pedir errónamente biscottes de pan diciendo "per favore, vorrei dei biscotti"), el de más allá chocolate alla nocciola y ya la tenemos montada.
Eso aparte de la omnipresencia de la pasta (con especial atención a los gnocchi -en lo sucesivo, ñoquis- por los que Gachas siente una predilección rayana en lo obsesivo) y de la ineludible pizza.
Dicho esto, Gachas puede prometer y promete (esa frase es de Adolfo Suárez, ¿recuerdan? O de Calvo Sotelo, o de Abril Martorell, de repente los mejclo a todos los transicionales) que comienza la era de la verdura y el pescado hervidos, y de sólo pedir contorni en los restaurantes (verduras de guarnición, que las hay bien ricas: radiccio, achicoria, berenjenas, calabacín...). Anoche Gachas clausuró en Madrid su larga participación en el Festival de la Grasa y el Carbohidrato con un postre cenado en un lugar bastante apañado. Cuajada de sobao manchego se llamaba el postre (claro y craso error de los nombradores de platos: que es sobao pasiego, so mantas), y nada, con eso se cierra una etapa y hoy (mentira, mañana) se abre otra.

10 comentarios:

Gamo P. dijo...

Para nada coincido contigo amiga gatxas, a mi los Ñoquis me causan autentica repulsión. Por alguna razón pienso que no sean bolas de patata, trigo o cualquier materia medio normal y mi mente se embota pensado que son gusanos...

Anónimo dijo...

Pero, viene usté en breve, ¿verdad? Que hemos de vernos en no sé qué movida el martes. Ayer me comí una pizza en un argentino y me acordé de vuecencia. No estaba espachurrada, pero no era gran cosa. Cualquier día la llevo conmigo a un local, si se deja, a deglutir pizzas light a la piedra... ¿Régimen? ¡En todas sus acepciones da miedito esa palabra...

mila dijo...

La tiranía del pescado hervido. La tristeza infinita que refleja el brócoli solitario. La falta de atractivo del plátano canario.
En cambio, no gusanos, sí joyas, se me asemejan los ñoquis, los tagliatteli, la crema de chocolate marca Hacendado.
No, amiga gachas, no, la glucosa no es nuestra amiga pero hace una compañía...

Gachas dijo...

Mila, Gachas ya es otra, está muy lejos de la dinámica glucoadicta de la que hablas. Dejó atrás las bolas de mozzarella de búfala tamaño pelota de tenis ( a razón de 2 diarias, maja), dejó atrás la pasta rellena, dejó atrás los canolli sicilianos...

Anónimo dijo...

Contención, Gachas, contención, que se acerca la Navidad y nos conocemos.
Recuerda, además, que naciste bajo el signo de Jane Fonda, ¿no?

INTHESITY dijo...

Lo de que la pasta engorda es una leyenda urbana. Por cierto este viernes en una cena en casa tomaremos ñoqui de esos que venden en una céntrica de la sity, junto a mi oficina y que están divinos. Lástima que no pueda acercarme hasta Roma a por ellos.
Por cierto si te acercas a vencia, lo digo así como si estuviera al lado hay un bar Los cuarenta ladrones se llama que dan unos ñoqui con trangurro que gachas si los llega a probar se chupará hasta el pordentro de las uñas.

Gachas dijo...

"El pordentro de las uñas": inthesity, eso es un hallazgo verbal como pocos he oído. ¿Lo puedo usar para mis fines personales?

Anónimo dijo...

Yo últimamente entre ñoquis, polenta, contorni... no me entero de nada. Es que yo de la única comida extranjera que se algo es de la rusa. Pero como me acabo de comprar un billete a Roma para el puente de diciembre (no hace ni un minuto que lo he comprado), pues me pondré al día, para poder seguir la etapa vaticana de Gachas.

Hans dijo...

Doña, supongo que cuando V. vuelva a MAD dejará de lado esas aberraciones regimentales... Hemos de hablar, tengo unas dudas. :D

Estupor dijo...

Gachas tiene un libro precioso donde no aparece la palabra macarrón.