lunes, febrero 09, 2009

Y dale con el Aneto

Gachas vuelve, tardísimo, ya casi en carnaval y, a riesgo de perder los cuatro lectorcillos que le quedan, insiste con el anetismo.
Yo creo que ya después de este post poco más se podrá decir del insigne caldo blanquecino con grumos (más que grumos, como plaquitas blancas que muestran que el caldopollo es genuino) que tanto gusta a Gachas. Esta vez es un elogio a la inteligencia comercial anetista: están tan pero tan en todo que, ahora que es invierno y que entona mucho un caldito bebido en un bar, han puesto dispensadores de caldo diseñados especialmente para locales. En La Latina vio Gachas éste (el único de todo Madrid, la verdad sea dicha) y no pudo por menos que tirarle unas fotitos.
Les dejo con ellas:

5 comentarios:

Hans dijo...

Ah, amiga, cómo se nota que no eres aficionada a la cosa del esquí. Hazte idea de cómo sienta un caldito Aneto en la cafetería del Ampríu (cota 2.000, más o menos) en Cerler, viendo la ventisca arrasadora ahí fuera. Gloria bendita, oiga. Y ahí está el cubo vertical dispensador, y todos tan felices.

SallanWorld dijo...

Es que los de Aneto están en todo. Bien es sabido que en el norte y en lo que es la meseta hace frío, y que nada agradecen más los locales que una tacita de caldo en el bar. Yo esto lo aprendí en Bilbao. De ahí al dispensador de Aneto sólo hay un paso...

De todos modos, no está dicho todo sobre el caldo Aneto. Qué me dice del Caldeto, en prácticos bricks pequeñitos para los adictos al túper. En invierno, Caldeto. Y en verano, botellines de gazpacho Alvalle, que ese es otro tema...

SallanWorld dijo...

Soy yo otra vez. Es que he visto el dispensador de Aneto junto al cuadrito de "Coñac Español", y no se porqué, me he emocionao...

Gachas dijo...

Amigo Sallan: sí, una vez hablé de refilón sobre el Caldeto. Reconozco que ahí me has pillao: no soy fan-fan del Caldeto porque sabe mucho a cartón. Esa técnica de calentar el brickillo directamente al microondas no sé, como que coge sabores parásitos. Pero comprendo que hace un bien, por ejemplo a esos aguerridos ejquiadores de los que habla Hans.

Adolfo Poncela dijo...

¿Pero ese dispensador lo sirve caliente o frío? He ahí el quid del invento, quizá sea como ese nuevo minibarril de cerveza refrigerado...