A la buena cincuentona
Hace unos meses mantuve sendas conversaciones con sendas cincuentonas acerca de la cincuentena. Me convencieron: inmediatamente quise ser cincuentona. Por lo visto a esas edades quedan todavía porciones de deseo importantes, pero más leves. Según una de ellas, como la mera biología ("a ver si nos fecunda el mejor macho de la especie") ya no está en activo, pues la cosa se calma un poco y tal. Básicamente porque el panorama de oportunidades también se convierte un poco en secarral, para qué engañarnos.
He de aprender a respetarme como la cincuentona y sesentona que aún no soy. Espero caerme bien en esas fechas. Tendré muchas inquietudes culturales. Viajaré a países no europeos y traeré bisutería artesana y telas para cubrir el sofá del cuartostar. Eso haré compulsivamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario