Pérfida Albión (y III)
Ay, las series de criados y de señores adinerados que reciben en casa y cuyas meriendas-cena son preparadas por los criados citados anteriormente, que pasan sus vidas en semisótanos lidiando con costillares y riñoncillos de cordero para que sus señores coman las lamb chops a la menta y el kidney pudding ese tan ligerito y con tan buena pinta que les preparan. Ay, qué ganas de visionar todos los capítulos seguidos, sobre todo ese clásico en el que el butler desea en silencio a una de las doncellas, pero como él es tan tan solterísimo y tan fiel a su señor pues no lo puede verbalizar como un adulto que es, y entonces a ella la trata peor si cabe, como un estudiante de la ESO al que le gusta una de su clase y lo único que se le ocurre para mostrárselo es tirarle pelotitas de papel para que ella diga jooo, qué pesado, vale ya, déjame.
lunes, agosto 30, 2004
Etiquetas:
Reino Unido
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2 comentarios:
Desde luego es ingenioso.
Siento no estar de acuerdo contigo. Yo es que lo de la lluvia lo llevo fatal, ya ves. Y lo de la contención ni lo llevo.
¿Y el ingenio inglés?. Se lo deben a un irlandés, Mr. Oscar Wilde, al que, encima, sumieron en la ignominia.
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