miércoles, mayo 31, 2006

Gofio picón

Amiguitos peninsulares: ¿conocen bien las islas Canarias y sus peculiaridades? Dirán que sí, que fueron con Halcón Viajes o con Marsans en más de una ocasión. Pero lo que yo les pregunto es si, aparte de los resortes hoteleros, tuvieron oportunidad de conocer las peculiaridades de los isleños. Si la respuesta es "sí", entonces lo sabrán todo sobre los usos de esa extraña harina de cereales llamada gofio.

Gachas, que sólo fue a Canarias una vez con sus padres cuando aún era prepúber, sabe del gofio por su amigo canario L. F. El gofio, según ha podido comprender Gachas, es como el joker de la baraja: que los canarios se hacen un potaje canario, pues ahí está presente el gofio ese; que se toman un colacao, pues le echan gofio también; que se preparan un solomillo Strogonoff, pues lo aliñan con un poquito de gofio. Gachas no quiere ser snob y arrugar la nariz ante la costumbre insular de engofiarlo todo, pero en fin, sus risillas le provoca ver a L. F. buscando por todas partes su harina posguerrista esa para echársela ahí donde un godo (nombre que los isleños dan a los peninsulares) no echaría sino un puñado de sal o un chorrito de aceite.
¡Qué juego le da a Gachas el post gastronómico! Y más que seguirán, amiguitos.

martes, mayo 30, 2006

Más homenajes

Gachas sigue autohomenajeándose: en el post de ayer omitió señalar que, además de la lata de boletus, también adquirió en el delicatessen de su barrio (que NO es el ultramari, pero que podría serlo porque también hincha los precios que da gusto) un bote de codornices en escabeche para cenárselo ayer junto con la pasta. Al acabarse el platopasta, Gachas se dio cuenta de que come con lo ojoh y se pensó dos veces lo de las codornices, porque hambre, lo que era hambre, ya no le quedaba.

Pero hoy sí, amiguitos: de aquí a hora y media Gachas se estará zampando dos ejemplares de Coturnix Coturnix alegremente, aunque sin pensárselo mucho porque, en el fondo, comer pajaritos es una cosa un poco repugnante. Es por el vinagre que Gachas lo hace. Sólo por el vinagre.
Gachas is living a celebration

Hoy ha sido el cumple de Gachas, que ha pasado sin pena ni gloria por aquello de caer en lunes. Como es mañana cuando tiene pensado celebrarlo, Gachas se había hecho a la idea de que hoy iba a ser un día megasosete y lo aceptaba. Y sí, salvo por las simpáticas llamadas y sms de sus allegados, todo ha sido bastante poco reseñable. A eso de las 8 y volviendo a casa, Gachas se ha visto en la necesidad -cuasi obligación- de darse un homenajillo, por pequeño que fuese. Las drogas y la gastronomía son las mejores maneras de autohomenaje que Gachas conoce y, no siendo aficionada a la primera, se ha comprado una lata de boletus edulis para añadírselos a los tallarines de por la noche y santas pascuas. En una etapa anterior a la compra de la lata, Gachas contempló la idea de ir a un take-away japones y darse una de makis, pero (como ya explicó en algún viejo post) Gachas sabe que la ingesta de comida japo en el hogar no sabe ni la mitad de bien que en el restaurante, así es que se ha decantado por el buen hongo.

No, no compadezcan a Gachas porque haya cenado solipandi un plato de tallarines verdes de espinaca con boletus, que después ha estado charlando un buen rato por teléfono con amiguitos de Alemaña y, para rubricar el día, ahora está escribiendo esto. ¿Acaso conocen formas mejores de pasar el cumpleaños? Gachas no muchas, la verdad.

domingo, mayo 28, 2006

Tocomocho con solera

A riesgo de cansarles con los posts sobre el ultramarinos regido por espanioles donde Gachas sabe que NO debe comprar pero aún así compra a veces, inserto aquí uno más que es una mera anécdota para que vean ustedes que la picaresca espanyola corre por las venas de todos, incluidos los afables y aparentemente-honraos dueños del ultramarinos donde Gachas sabe que NO debe etc.

Va Gachas y pide una red de naranjas de zumo en el ultramari. Va la señora superdióptrica que despacha en el ultramari y le intenta encasquetar una que incluye una naranja modalidad Cabrales, con su capa de moho verdusca y gusanil. Gachas, avispada, dice: oiga, buena ultramarinera, que a ver que pasa, que aquí hay una naranja pocha y tal. Lo primero que se le ocurrió a la caradura de la ultramarinera fue rasgar la red para sacar la naranja malograda y venderle a Gachas la red abierta, me pregunto si con o sin descuentillo. Gachas le paró los pies y dijo que nanay, que mejor otra red. La ultrasailor va y le da otra que también contaba con, al menos, una naranja estropeada. De nuevo la misma reacción chez Gachas: que oiga, que adónde va con esa red, que tiene un fruto pocho.

La señora manda al chicolatienda al almacen a sacar otra bolsa (porque cara al público ya no quedaban más) y Gachas se fija bien en que no ocurriese lo mismo que en las otras dos. No. Bien, Gachas se lleva su red y se va a casa. Allí se da cuenta de la triste verdad (Gachas lleva colgado un monigote metafórico de papel en la espalda): de nuevo ha sido engañada por los dueños del ultramarinos; la red de naranjas había sido abierta (entiende Gachas que para quitar la tradicional pieza pocha que parece haber en toda red que se precie) y anudada de nuevo cutremente para que incautos tipo Gachas picaran y, sobre todo, se fuesen a su casa orgullosos de que a ellos no les dan gato por liebre, pues buenos son ellos.

sábado, mayo 20, 2006

Un post de follar

Hace unas semanas Gachas entró en un locutoire para consultar su correo, al no encontrarse en el buen Madrid (pero sí en España, aclaremos). Al lado estaba un joven de unos veintimuchos (no, qué coño, un treintañero) chateando con el fin de quedar para copular (¿que cómo lo sé? porque llevo gafas graduadas, amiguitos). Se estaban presentando sus atributos y sus gustos sexuales españoles y, en un momento dado, la hipotética "ella" va y escribe algo así como:"soy muy viciosa, me gusta incluso a cuatro patas".
Hasta aquí la anécdota. Gachas se fue y no pensó mucho más en los jóvenes chateantes, pero sí que se le quedó lo del "soy muy viciosa". La peña se autoconsidera viciosa porque entiende que se aparta de lo sexualmente normal, digo yo (dice Gachas). Es decir: lo que se salga de misionero y besos, es "soy muy viciosa". ¿Creen que ese era el razonamiento de la joven chateante? Gachas duda, no sabe a qué atenerse. En cualquier caso, qué violento y farragoso es que uno/a tenga que explicar cuán o cuán poco vicioso/a es así al detalle a un interlocutor. ¿Cómo se mide el nivel de vicio? (esa señorita parecía tenerlo claro).

jueves, mayo 18, 2006

Neodonuts

Gachas quiere compartir con vds. un descubrimiento que ha hecho hoy en el célebre ultramarinos regido por espanioles de su barrio (que figura en viejos posts como éste). Resulta que ahora, además de los populares donettes (o quizá en lugar de los populares donettes) están los Mini Donuts ("mismo sabor pero más pequeños" o algo así reza el envase). Gachas, que estudió un poco de marketing y de comunicación y esas cosas, intuye que ahí ha habido una problemática comercial, intuye que las ventas del donete no han sido las deseadas y que ha habido que realizar un estudio de mercado para ver por qué el donut grande sí pero el donete no. Gachas visualiza perfectamente al grupo de discusión en el que se hablaba del tema: que si el azúcar ese del donuts es insuperable y el donete no le llega ni a la suela de los zapatos, que si sabe harinoso el donete y el papá donut no, y así constantemente.
Gachas, otrora voraz consumidora de donuts sin chocolate (el chocolate del donut con chocolate es una mera capa de azúcar glaseada marrón, lamento comunicarles), ahora ya no prueba ni esos, ni los otros ni los de más allá. Hace como 5 años le dio un bocao a un donut normal y ahí supo que era adulta sin vuelta atrás: el sabor a industria alimenticia, que su paladar infantil no captaba ni a tiros, se le hizo intolerable. Así están las cosas chez Gachas.

martes, mayo 16, 2006

La gacha gabacha

El tema que nos ocupa après la visite a la expo de fotos de Isabelle Huppert es la hegemonía cultural de Francia en el mundo contemporáneo (o la no hegemonía, más bien). Gachas cree firmemente que Francia, en lo que se refiere a las artes, está más acabada que ¿el alcoyano?, ¿el rosario de la aurora?, ¿el Doctor Cabeza? (¿alguien sabe cuál es la expresión correcta, si es que es alguna de ellas? Busco en google y me salen otras como "estás más acabado que Héctor del Mar/que las maracas de Machín/ que el siglo XVIII/ que la Falange/ que Bonanza/ que Los Chichos". Elijan vds.)
Centrémonos: Gachas opina que Francia ya no tiene mucho que ofrecer en cuanto a tendencias y artes y cosas así. El bonito París es muy bello, eso no se lo quita nadie, pero no sale del rollo baguette bajo el brazo, boinita ladeada para chicas y simpáticos bistrós amelíticos que, todo sea dicho, empiezan a estar más pasados que... (véase el primer párrafo).
Francia está cansada de protagonizar revoluciones francesas y mayos del 68 y por eso ya no le queda energía para lanzar bandas de rock legendarias, artistas visuales polemiquísimos etc. Lo que a Gachas no le queda claro es si lo sigue intentando (Francia)o si ya directamente ha tirado la toalla y se limita a copiar lo que ve por ahí fuera en Londres o en otros lugares anglogermánicos. De ahí que (opinión de Gachas) sólo le quede la baza de explotar a sus dos estrellonas de la cultura: Michel Houellebecq e Isabelle Huppert, y pare usted de contar. A esos los tiene como Leopold Mozart tenía a sus hijitos Wolfi y Nannerl: de palacio en palacio, siempre trashumantes para entretener a la aristocracia. Lo mismito estos dos: que si una expo de fotos, que si un ciclo de cine, que si un libro polémico ambientado en la Almería malrollista del futuro, que si unas declaraciones polémicas sobre el Islam... Pobre Francia.

sábado, mayo 13, 2006

Gachas sí es-no es

Gachas no eligió ser Gachas: vino al mundo y ya era Gachas y Gachas se quedó. Así, en resumen, funciona la cosa para todos, amiguitos.
Bueno, a lo que vamos: hay otras personas que no son Gachas pero que a Gachas bien le gustaría que sí lo fueran (o ser ella esas personas y por tanto no ser Gachas anymore). Esas personas son, principalmente, Isabelle Huppert y Natalie Portman.
¿Así que esas tenemos, Gachas?, podrán pensar ustedes. Nada de querer ser Marie Curie o Simone Weil, nada: Gachas quiere ser ora Natalie, ora Isabelle porque sí, porque son guapetonas y finas y listas cada una en su modalidad. Y sobre todo Mme. Huppert, ¡qué remalvadísima es! Gachas aún no ha ido a ver la expo de retratos que le dedican pavos varios en el Jardín Botánico de Madrid (típico lugar para exponer fotos de Isabelle Huppert) por no deprimirse mucho ante la presencia vicaria de esa gran pero gran dama del cine gabacho.

viernes, mayo 05, 2006

Buen reventador será

Cachis, otro post más que parece dedicado a residentes en Madrid, y de verdad que a Gachas eso no le mola nada, lo de ejcluir y tal. Pero a lo que vamos: además del tal Lars (al que se le dedica un post de hace unos meses que ustedes comentaron profusamente), reventador profesional de actos culturales madrileños, contamos con la figura de Xuan Tobi, con el que hoy Gachas ha coincidido en un acto. El pobre Xuan no es un reventador tan avezado como Lars: el pobre Xuan es majete, está interesado en los actos a los que acude y tal, lo que ocurre es que es lo que ahora se conoce como "friki" y antes como ______ (¡no logro traducir la palabra "friki" al lenguaje de hace 10 años!, Brrr!), y las preguntas que hace son ininiteligibles, pero nada más que ocurre eso.

Xuan Tobi es ese entrañable hombre en mal estado perpetuo que se pasea por los bares tratando de leerte el futuro, el presente y el pasado (sic), y al decirle tú que no (como sucede en el 99,9% de los casos) te insta a apuntar su nombre y su teléfono en un papelín. Si pa que se calle sacas un boli y una servilleta de papel, él te lo dicta y te dice primero su nombre ("Juan, pero con X") y después su teléfono, por si algún día necesitares sus servicios.

¿Algún encuentro con Xuan por parte de los simpáticos lectores de Gachas?